Dos cuadras de cola para ingresar. 45 minutos después de lo previsto comenzó el partido. Innumerables papelitos y serpentinas. Hinchadas. Banderas. Y un estadio Aldo Cantoni repleto le dieron el color y calor al juego que coronó al campeón.

La fiesta fue completa y el público debió esperar que desalojaran el Cantoni -antes se jugó el infantil de la Bancaria-. Se bancó el tiempo, pero cuando dieron el ok, ingresaron en avalancha. No quedó lugar vacío y hasta las escaleras de acceso fueron lugar para ubicarse y ver el mejor partido de los cinco que tuvo la serie. Anopche había más de 8.000 espectadores.

El aliento constante y la lucha por los trapos entre hinchadas, fueron otro de los condimentos, que no solo tuvo lo mejor en la pista, porque en las tribunas y con la gente, también hubo otra final.