Es charlatán. Apasionado por las matemáticas pero loco por el tenis. Se trata de Nicolás Ortega Acolti, un pequeño de 9 años que es uno de los jugadores destacados de la categoría Sub-10 del Club Banco Hispano.
El chiquito comenzó a los 6 años en el tenis, antes, desde los 2 años y monedas, arrancó jugando hockey sobre patines por iniciativa de su papá, Juan Manuel Ortega, ex hockista. ‘Me gustaba el hockey por mi papá. Pero después me gustó más el tenis y no dejé más’, contó el menor de tres hermanos. Es que Felipe, al igual que su hermano mayor Martino y el menor, Álvaro, se inclinaron al deporte de su mamá Bea Acolti, quien ya jugaba a tenis en ese club capitalino. El pequeño, hoy por hoy el único de los tres hermanos que continuó en el deporte, colgó los patines y se inclinó por la raqueta, ahora su gran pasión. ‘Me gusta mucho el tenis. Me divierte y prefiero jugar a tenis antes que cantar y tocar la guitarra’, expresó Felipe sobre su otro hobby, al que la mamá contó que ‘también lo hace muy bien’.
El chiquito asiste a Cuarto Grado de la Escuela Modelo, se destaca en las matemáticas, casi tanto como se destaca en el tenis, según los profes del club. Aunque su mamá prefiere ser cauta a la hora de definir a su hijo: ‘Juega bien, viene avanzando mucho. Está aprendiendo como todo deporte, esto es un proceso a fuerza de entrenamiento. Lo bueno es que él tiene una gran actitud de hacer deporte. Es muy responsable’, contó la mamá, también tenista.
Felipe es convocado siempre a los Torneos de Grado 3 que contó con la participación de importantes tenistas a nivel nacional. El pequeño que tiene como referentes a Roger Federer y Novak Djokovic, representa a su club de la mejor manera a cada torneo que asiste.
¿Te gustaría seguir en el tenis y ser como tus referentes? fue la pregunta para el chico. Y Felipe contó como una persona grande, sin pelos en la lengua: ‘Por el momento lo hago porque me gusta, pero seguramente de grande no voy a seguir en el tenis’. Así, con total sinceridad el pequeño desechó cualquier chance de llegar al profesionalismo, demostrando que el deporte no es más que una buena forma para divertirse y tener amigos.

