Los vecinos comenzaron a salir de sus casas atraídos por el movimiento de soldados que se formaron sobre la avenida Libertador. Pero mayor fue su sorpresa cuando vieron una cocina antigua en la que los uniformados prepararon el chocolate para invitarle a todo el que quisiera. Fue durante la previa del desfile que protagonizó el DIM 22 para conmemorar el 206º aniversario del Ejército Argentino que se celebra el 29 de mayo. La bebida sirvió para que tanto los protagonistas como los espectadores entraran en calor. El evento se llevó a cabo en Rivadavia y contó con la presencia de autoridades departamentales y del gobernador, Sergio Uñac.

Nadie supo a simple vista de qué se trataba ese aparato parecido a un vehículo militar. Cuando uno de los soldados levantó la tapa y comenzó a salir humo y el aroma inconfundible a chocolate, descubrieron que se trataba de una cocina portátil. Los curiosos se acercaron para hacerle fotos y, sin imaginarlo, pudieron disfrutar de un vaso de chocolate caliente. Es que los uniformados lo prepararon para compartir con todos los vecinos antes y después del desfile. Nadie se retiró del lugar sin probarlo. Incluso la gente que llegó a comprar a la verdulería que está al frente del lugar donde se instaló el palco oficial, también pudo disfrutar de esta bebida.

Comenzó el desfile con el que el DIM 22 dio a conocer sus recursos humanos y materiales a toda la comunidad. Los más entusiasmados con este despliegue fueron los niños que asistieron a la celebración. Algunos animaron el paso de los soldados agitando banderitas argentinas mientras que otros prefirieron hacerles fotos.

Si bien el paso de cada una de las unidades del DIM cosechó el aplauso de la gente, los integrantes del cuerpo de combate urbano y de combate en regiones inhóspitas que marcharon camuflados y armados con diferentes equipos, fueron los más ovacionados. Lo mismo ocurrió con los miembros de la unidad montada que desfilaron con todas las mulas con las que cuenta el Destacamento para las expediciones en alta montaña.

El desfile duró menos de media hora, pero fue suficiente para que la comunidad conozca los recursos humanos y el equipamiento con el que cuenta el DIM 22. Pese a que el evento llegó a su fin nadie se retiró del lugar, ni siquiera los soldados que desfilaron. Todos se quedaron para tomar un vaso más de chocolate.