Tras varias iniciativas que no prosperaron, la Municipalidad de Angaco anunció que dio un paso clave para recuperar el chalet Campodónico, un coloso abandonado que ostenta una impresionante arquitectura y que perteneció a una de las familias más influyentes de la provincia de principios de siglo XX: los Campodónico-Lértora. El intendente José Castro indicó que realizarán un convenio de comodato con los actuales propietarios que le permitirá al municipio trabajar en el lugar para poder explotarlo turísticamente.

La casa hoy no tiene puertas, ventanas ni muebles, pero conserva sus muros de piedra.

Alrededor de la casona hay malezas, basura y hasta escombros. Por eso, la Municipalidad hará movimiento de suelos, limpiará el predio, eliminará árboles secos y tras el cierre perimetral, iluminará el lugar, ubicado por callejón Campodónico, a 500 metros del cruce con El Bosque.
‘El chalet es un atractivo patrimonio departamental que pese a estar abandonado igual recibe visitas. El objetivo es mejorar el acceso y el terreno circundante y colocar señaléctica para los visitantes, todo con fondos municipales’, expresó Castro, aunque no dio cifras. Luego, lo incluirán en un nuevo circuito turístico que la Municipalidad está elaborando (si bien antes estaba entre los atractivos departamentales, lo dejaron de promocionar por su mal estado).

HISTÓRICO:

El chalet comenzó a ser construido en 1920 por orden de Francesco Campodónico y fue estrenado en 1923, como lugar de fin de semana de la familia. La casa conserva su planta inferior semielevada, que estaba destinada originalmente a caballerizas y depósitos y que luego fue destinada como habitaciones para los empleados y hombres de la familia. La planta inferior poseía una cocina, baño y 6 habitaciones (tres de cada lado y con ingresos desde el exterior), las cuales se comunicaban entre sí con las de adelante de manera estratégica, según un trabajo de investigación que realizó Carlos Campodónico Horta, descendiente de Francesco. Debajo de la losa estaban las instalaciones cloacales, con caños que trajeron de Inglaterra al igual que el tanque de agua.

A la casona se accede a través de una gran escalinata, que deposita a los visitantes a un hall recibidor y en cuyo piso aún se lee la inscripción ‘C.L’ (Campodónico-Lértora), hecha en mosaicos venecianos. En el piso de lo que fue la habitación de Francesco también se conserva la estrella del Partido Bloquista que mandó a hacer el propietario.

Desde la galería del fondo se sube a la terraza y desde allí los propietarios seguían los partidos de polo, en la primera cancha de este deporte que tuvo San Juan.

La fachada principal está ornamentada con molduras y relieves sobre el arco de tres puntos.

Los Campodónico vendieron el chalet y con los años fue expropiado, usado como escuela y hasta usurpado, para quedar luego en total abandono.