El próximo lunes, en el Centro Cívico, se realizará un simulacro acorde a la estructura colosal del edificio. Por primera vez, tanto el personal como el público, que no participó del primer simulacro que se realizó a principio de año, tendrán unos 15 minutos para evacuar el edificio. Luego, se realizará un ejercicio de rescate en la planta baja del lugar y para coronar la medida de seguridad, Bomberos realizará un rescate en altura: sacará por una ventana y en camilla a una persona que estará en el último piso.
Para mejorar la seguridad del lugar en caso de que suceda una catástrofe, esta vez se realizará un simulacro con el Centro Cívico funcionando al 100 por ciento de su capacidad, ya que cuando se realizó el primero, en marzo de este año, sólo estaba ocupada la mitad de la estructura.
Según comentó Daniel Cárcamo, encargado del edificio, el inicio de la actividad para desarrollar el simulacro será a las 9:15, cuando ingresen al edificio los observadores. El grupo estará integrado por miembros de Bomberos, de la Policía, de la Cruz Roja y de Defensa Civil. Todos tendrán planillas que deberán completar durante el ejercicio para evaluar su funcionamiento.
A las 9:30 dejarán de funcionar los ascensores. Y a las 9:45 comenzarán a sonar las alarmas. En ese momento, empezará la evacuación. Esta vez la harán tanto los empleados del Centro Cívico, como las personas que se encuentren realizando trámites. Es la primera vez que el público participará en el simulacro, por lo que esperan evacuar a unas 6.000 personas, mientras en el anterior sólo participaron 2.500.
Luego se realizará los rescates. El primero será un ejercicio de salvataje en la planta baja del edificio. Se simulará el rescate de una persona politraumatizada, otra con traumatismo encefalocraneano, otra con una discapacidad motriz, una con quebradura expuesta y una persona intoxicada.
Por su parte, en la parte externa, en el ala del edificio que da a Avenida Libertador, Bomberos hará el rescate en altura. En ese ejercicio, los bomberos rescatarán en camilla a una persona que esté en el último piso y la sacarán por la ventana.
Después vendrá el trabajo de los observadores, que tendrán que evaluar el funcionamiento del simulacro y determinar si hubo fallas, para ajustar los detalles necesarios para mejorar la seguridad del lugar.

