Parece detenido en el tiempo. Según las personas que lo visitan permanentemente, hace muchos años que el Cementerio Municipal de Caucete está en las mismas condiciones. Cruces rotas, tapas de los nichos sin vidrio y hasta algunas imágenes religiosas sin cabeza forman parte de las postales que se puede ver al recorrerlo. Es que en cada rincón del cementerio hay algún daño que deja en evidencia su pésimo estado. Luego de visitar el cementerio, este medio se comunicó con la secretaria de Gobierno de Caucete, Leticia Sierra, quien dijo que están trabajando para mejorarlo. ‘El cementerio lleva años así. Ahora está mejor’, agregó.
La vereda del cementerio y el ingreso contrastan notablemente con el resto del predio. Al principio se puede ver todo limpio, ordenado y bien señalizado. Sin embargo, al adentrarse por los pasillos el panorama se vuelve cada vez más sórdido. La vereda central, donde hay una decena de mausoleos, es como el prólogo de un paseo, pero de terror. Puertas desprendidas de su marco, placas en las que no se puede leer lo que decían porque les faltan letras y vidrios hechos triza son algunos de los primeros daños que se observa.
En el cementerio hay varias galerías con nichos y una de ellas es techada. Al recorrerla, el eco de las pisadas y el aleteo de las palomas que tienen sus nidos entre cajones y flores secas espanta. Esto, sin contar la cantidad de materia fecal de las aves que hay desde lo alto de los nichos hasta el suelo inclusive.
En otros sectores, los féretros se pueden ver a simple vista. Muchos no tienen puertas y otros están tapados hasta con bolsas de nailon. Sumado a ello, hay muchos que fueron vandalizados y ya no tienen las puertas de vidrio, bronce o las rejas en las que alguna vez hubo cortinas. Pero eso no es todo. Las partes más arruinadas del cementerio son las que están al fondo, a la intemperie.
El predio termina donde comienza a elevarse la tierra para convertirse en cerro. Ahí, los nichos tienen techos de chapa, están separados por estructuras metálicas que parecen ser caseras y muchos tienen escrito con tizas de colores el nombre de los muertos. Desde el municipio dijeron que esos son depósitos.
Sumado a eso, el sector donde hay tumbas en la tierra parece sacado de un cuento terrorífico. Cruces de hierro enterradas hasta la mitad, sepulturas hundidas junto a frascos que fueron usados como floreros y algunos escombros forman parte del paisaje de este sector. Ahí, entre la tierra y algunos cactus, se puede ver imágenes religiosas destruidas y juguetes que alguien dejó en las sepulturas.
Además de esos daños en el cementerio se puede observar otros. Hay veredas totalmente hechas pedazos, bancos en los que sólo queda parte de la estructura de hierro y hasta huecos que parecen ser pozos de agua. Hay árboles secos y algunos tocones tirados en medio de los pasillos.
Ante este panorama y al hablar sobre el estado del cementerio, Sierra declaró que ‘no es óptimo’, pero dijo que el predio está mucho mejor que cuando comenzaron su gestión en el municipio. ‘Estamos trabajando permanentemente. Se plantaron árboles nuevos, pintamos el ingreso y la capilla, duplicamos las cámaras de seguridad y estamos ordenando’, dijo y contó que hay nichos que permanecen abiertos porque los familiares de los fallecidos no quieren hacer el cierre. ‘Nos quedó chico el cementerio y estamos trabajando para tener uno nuevo y parquizado’, concluyó.