Nadie sabe cómo llegó al lugar, sólo que empezó a ocupar la construcción que hay en un baldío desde hace dos años. No conocen su nombre ni su edad y ni si tiene familia. Al principio, los vecinos lo ayudaron con ropa, comida y algunas monedas, pero luego la presencia de ese hombre con aparentes alteraciones mentales se convirtió en temor y preocupación. Temor porque los vecinos dijeron que suele arrojar piedras, romper objetos, patear puertas o desnudarse y masturbarse frente a las mujeres; y preocupación porque vive en completo estado de abandono. En el lugar señalaron que realizaron al menos cinco denuncias a distintas instituciones y que si bien en febrero fue asistido e internado, al poco tiempo volvió y nadie se hace cargo de él.

El hombre se apropió de una construcción abandonada en un terreno de calle Corrientes, unos metros al Oeste del cruce con Mendoza, Concepción. Ahí tiene una cama improvisada, cacharros sucios, hay basura y todo el lugar está tiznado. Los vecinos indicaron que le gusta prender fuego allí mismo. Él dijo llamarse el ‘Rey David’ y que tiene ‘117 mil millones de años’. Afirmó que posee poderes mágicos, que viene ‘del Paraíso’ y que en la vida sólo se tiene así mismo y no quiere que lo ayuden.

‘Nosotros ya denunciamos su caso a la Policía, a la Municipalidad y hasta en la Policía Ecológica, una vez que armó un incendio muy grande con gomas de autos. En febrero se lo llevaron al Marcial Quiroga y estuvo unos 15 días. Volvió bañado, afeitado y con ropa limpia, pero al tiempo otra vez cayó en un estado de abandono’, contó Silvia, una de las vecinas.

‘Por momentos se pone mal y empieza a tirar piedras o si los vecinos no le damos monedas patea puertas o rompe los cordones de la calle’, contó Esther. Laura, otra vecina que optó por no dar su apellido para evitar problemas, señaló que hay actitudes que provocan temor. ‘Antes no lo hacía, pero ahora empezó a desnudarse o a tocarse cuando pasan mujeres. Nosotros sabemos que lo que hace es porque tiene sus facultades mentales alteradas, porque no es malo, pero vive en condiciones tan preocupantes, que un día nos vamos a enterar que amaneció muerto de frío’, apuntó.

Sin embargo, el hombre no recibe ayuda y su caso desnuda falencias en el Estado. En el Ministerio de Desarrollo Humano informaron que tras la denuncia de febrero trasladaron al hombre al Marcial Quiroga pero que la Ley Nacional de Salud Mental 26.657 es la que ampara a este tipo de pacientes. La normativa establece que la autoridad de aplicación es Salud Pública.

Sin embargo, desde las Divisiones de Salud Mental y Psicología del Ministerio de Salud Pública dijeron que no conocían el caso pero admitieron que luego de una internación breve no pueden sostener un tratamiento ambulatorio por carecer de recursos y porque no existe un dispositivo intermedio entre el alta médica tras una atención y la derivación al Hospital Mental. ‘Estos lugares que permiten hacer seguimiento y control se llaman Casas de Medio Camino. Están contempladas en el Plan Provincial de Salud Mental, pero por ahora es un proyecto’, dijo Alfredo Venturini, de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública.

Por su parte, Patricia Sirera, de la Asesoría de Menores e Incapaces del Poder Judicial, señaló que en este tipo de situaciones suelen ordenar la derivación para diagnóstico, tratamiento o internación, aunque anunció que desconocía el caso. ‘Si la persona decidiera no querer ir, la ley establece el auxilio de la fuerza pública, pero debe haber denuncia previa’, aclaró.