La flamante Terminal de Omnibus de Caucete estaba impecable ayer a las 9:05, cuando llegó el primer micro que fue registrado de los que venían de afuera de la provincia. Las luces estaban encendidas, cuatro personas limpiaban los vidrios que no tenían ni una mancha y pasaban el lampazo sobre el piso que brillaba cada vez más. Pero la imagen de los pasillos repletos de gente con valijas, la fila de taxis esperando pasaje, las boleterías llenas de empleados vendiendo pasajes por teléfono y atendiendo al público, faltó por completo. El edificio estaba desierto: las oficinas permanecían cerradas con llave y no tenían ni siquiera un escritorio, igual que el bufet. Una sola boletería estaba ocupada por una mujer que sólo trabajaba con tres talonarios de pasajes y una lapicera, pero que no tenía ni una silla donde sentarse.

Pasaron casi cuatro meses desde que se hizo la inauguración oficial de la primera terminal caucetera. Pero recién ayer llegó el primer micro con pasajeros a uno de sus andenes. Para esperarlo, llegó el intendente del departamento, Juan Elizondo, que ni bien comenzó a recorrer el pasillo de la terminal, en el que todavía no están colocados ni los bancos de madera, comentó que "es hermosa. Ahora hay que llenarla".

El chofer del micro de la empresa Autotransportes San Juan, que viajó de Buenos Aires con destino a San Juan, bajó del colectivo y se tuvo que encargar de sacar el bolso de la bodega del caucetero que llegó a su departamento. Es que no había ni un changarín que realizara la tarea. "Hace 14 años que trabajo en la empresa y es la primera vez que me toca inaugurar una terminal", comentó Miguel Angel Palacio, el conductor del colectivo. "Es muy práctica la terminal. Ya no se podía transitar por la Diagonal Sarmiento, se hacía imposible", agregó haciendo referencia al recorrido que tenían que hacer por la calle principal del departamento para subir y bajar a los pasajeros.

El primero en bajar del micro porque había llegado a destino fue Fernando Arce, que había ido a Buenos Aires de vacaciones. "Me sorprendí cuando paramos acá, no sabía que iba a estar abierta la terminal", comentó el chico. Y, mientras esperaba con sus bolsos a la orilla de la calle, dijo que "como no sabía que iba a llegar acá no me vino a buscar nadie y no hay taxis, así que tuve que llamar un remís por teléfono para llegar a mi casa".

Las pasajeras de ese primer colectivo que también aprovecharon la terminal fueron Claudia Flores y Estela Herrera. Ellas viajaban hasta San Juan pero bajaron en la terminal caucetera para estirar las piernas. "Llevamos más de 4 horas de viaje desde que pudimos bajar en la terminal de San Luis. Esta terminal está muy linda y permite que los pasajeros tomemos aire antes de llegar a San Juan", comentó Claudia. Aunque no pudo comprar nada en un kiosco, ni tomar un café, porque los locales comerciales del edificio todavía están vacíos y cerrados con llave.

Mientras los encargados de limpieza limpiaban sobre limpio y mantenían impecables los pisos de grandes baldosas blancas de la galería y los vidrios que rodean todo el edificio, un hombre llegaba a la terminal y preguntaba: "¿Dónde está la boletería?". La única que estaba disponible para atenderlo era Marta Páez, encargada de la venta de pasajes de la empresa Vallecito. La mujer estaba sola en la oficina. No tenía silla, escritorio y, mucho menos, una computadora. Para trabajar sólo contaba con el mostrador de piedra ubicado detrás de la ventanilla, los talonarios de pasajes y una lapicera. "Estamos trabajando como podemos -dijo la mujer-. Las otras empresas todavía no abrieron sus boleterías acá porque cada una tiene que tramitar su propio medidor de luz. Además de conectar el teléfono e Internet. Eso lleva tiempo".

El coordinador de la terminal, Víctor Ibáñez, confirmó la situación. Y dijo que "ya están habilitadas las 10 boleterías, pero las empresas tienen que traer el mobiliario y contratar los servicios". El funcionario explicó que "las boleterías fueron lo primero que adjudicamos. Ahora nos queda alquilar los 4 locales comerciales, el bufet y el locutorio, cosa que haremos en los próximos días". Ibáñez dijo también que pronto reglamentarán la circulación de los taxis y remises adentro del predio para que comiencen a trabajar. Y que buscarán a las personas que se encargarán de cargar y descargar los bolsos. En todos los casos, los cauceteros tendrán prioridad para las concesiones.