Las paredes semiderruídas, el techo con las vigas desvencijadas y desnudas y una humedad negra que lo invade todo, hasta las cortinas que hacen de puertas, es lo primero que ve cuando se despierta todas las mañanas Silvia de Moreno. Junto con su marido y sus 12 hijos de entre 26 y 5 años, vive en una construcción abandonada donde hasta 1994 funcionó el Centro de Salud Raúl Alonso Fuego, que desde entonces tiene sus instalaciones al lado. "A mí me dieron permiso de vivir aquí porque hace muchos años cayó una piedra grande y me tiró el rancho. Iba a ser por un tiempo, pero como nunca me dieron casa como me prometieron, me tuve que quedar aquí", dice la mujer, y muestra las copias del expediente que inició en el IPV y las numerosas cartas que envió a distintos funcionarios contando su problema.
Silvia no es la única: son 3 familias, que hacen un total de 27 personas, las que viven en este lugar. Frente a la plaza de Villa Independencia y pegadas al ex centro de salud, varias viviendas de block comparten un terreno que para algunos, es de Salud Pública y para otros, de la Policía de San Juan. Por la parte de atrás, las viviendas traspasan el límite que debería separarlas del nuevo centro de salud, metiéndose cada vez más en los fondos del lugar.
Al lado, prácticamente atrincherados tras una puerta de rejas que se colocó por seguridad, los trabajadores del Centro de Salud Raúl Alonso Fuego casi no se animan a hablar. Tímidamente, una de las empleadas señala la necesidad de un cierre perimetral para que la gente no siga ocupando un terreno que no les pertenece. "La gente dice que les dieron permiso de vivir ahí, pero no sabemos quién ni cuándo. Lo concreto es que llevan así más de 10 años y ocupan cada vez más fondo del centro de salud", dijo.
"Esto era un basural cuando vinimos nosotros. Un concejal de esa época nos dijo que podíamos quedarnos y hasta nos dieron los block para levantar las paredes. Siempre hemos estado aquí sin molestar a nadie", se excusó Jorge, uno de los vecinos que vive con su familia frente a la plaza. Ya construyó una nueva habitación en el fondo, "porque la familia se agranda", dijo, y aseguró que nunca nadie vino a pedirle que se fuera. Su hermano construyó al lado, en terrenos que ellos aseguran, quedaron abandonados cuando hicieron el nuevo centro de salud y cuando la Policía se mudó a la sede de la Unión Vecinal de Villa Independencia. Es la casa que más invade el terreno del centro de salud, separado apenas por una empalizada endeble.
Desde la Municipalidad de Caucete, el secretario de Obras Públicas, Silvio Ibáñez, aseguró que nunca tomaron intervención en el tema porque "el centro es de Salud Pública, no municipal. Cuando nos piden algún trabajo, como que les desagotemos el pozo, lo hacemos, pero nunca pidieron colaboración para hacer un cierre perimetral".