Pagaron alrededor de $7.000 (mucho más que lo normal) por un colectivo que los tenía que trasladar de Buenos Aires a San Juan en uno de los tantos viajes de "repatriación" que se emprendieron desde que se desató la pandemia y las restricciones que ello acarreó. Lo que debía ser un recorrido de unas 16 horas, resultaronn casi 48.
Pero el viaje resultó traumático para un grupo de poco más de 30 personas que salieron alrededor de las 22 del martes y arribaron a la Terminal local recién este jueves por la tarde. Y claro, como era de suponer, el estricto control sanitario que los evalúa y los envía a los hoteles para tenerlos aislados, cayó mal entre los pasajeros.
"Podemos entender todo, pero no consideran el cansancio, la molestia y que en este colectivo viajó gente grande (una mujer de 80 años) y niños (2). Nos tratan como animales, nos bajaron de a cuatro. Un poco de humanidad pedíamos y no la tuvieron", dijo una de las mujeres que, muy molesta, contó la situación.
"¿Tan poco valemos como personas para que no se den cuenta que debíamos ser tratados con otra consideración", agregó otra pasajera del micro.
El periplo del colectivo de la empresa ‘Turismo Fernández" tuvo su primer percance a poco de salir. El vehículo sufrió una falla mecánica a la altura de Vedia, un pueblo bonaerense situado cerca de Junín y del límite con la provincia de Santa Fe. Al parecer una falla en el motor dejó varados al micro. Tras casi 24 horas "tirados", les dieron una solución y retomaron el camino a San Juan, que culminó este jueves cerca de las 17.