San Juan, 21 de febrero.-Con media hora de retraso y una avenida Ignacio de la Roza totalmente cubierta en el recorrido previsto, el Carrusel del Sol volvió a superar las expectativas de la organización. Al menos 200.000 personas, según los cálculos de Turismo, se dieron cita en la penúltima noche de la Fiesta Nacional del Sol, en uno de los eventos más convocantes.
El inicio, previsto para las 21, se retrasó al menos 30 minutos por los imprevistos que siempre se presentan, pero tres bombas de estruendo le avisaron a las miles de almas que estaban en el lugar, que el show estaba comenzando.
Fue así que las Reina y Virreina salientes abrieron el desfile. Con un look eléctrico María Emilia Colombo y Andrea Bustos debieron romper el hielo, trabajo que nada les costó ya que demostraron tener manejo del público, que acompañado por la incansable sonrisa, hicieron las cosas mucho más amenas.
Inmediatamente después llegó el turno de las candidatas. Un dato a tener en cuenta es que el orden alfabético no se respetó. Si bien Albardón, Angaco y luego Calingasta y Capital respetaron el orden, la aparición de Rivadavia rompió con el protocolo.
Espuma insoportable y gente sin respetar límites
Antes de comenzar el Carrusel, la calle ya estaba cubierta por una capa de envases de espuma vacíos, lo que demandó una tarea extra para personal de limpieza que debió barrer el recorrido por completo.
La situación no cambió cuando el desfile comenzó y los menores no pararon ni un momento de mojar a los artistas, quienes por favor pedían no ser alcanzados por la espuma. Los padres de los menores, presentes en el lugar, nunca intervinieron para evitar que el trabajo de meses sea estropeado por la espuma.
De manera simultánea la policía, que debía custodiar la seguridad y que no sea invadido el recorrido de los carruajes para evitar accidentes, controló a medias a la gente. En algunos tramos, los ansiosos espectadores cubrieron media calzada de lo permitido, dejando el espacio justo para que los carros pasaran.

