Ayer se realizó el Carrusel de los Jardines de Infantes, en Pocito, y como todos los años derrochó color y alegría. Pero en esta ocasión también incluyó mucho ingenio. Los chicos apelaron a diferentes personajes, como odaliscas, el Chavo y hasta los 101 dálmatas para destacar valores como la tolerancia, la amistad y el respeto. Del desfile de carruajes participaron los alumnos de Nivel Inicial de todas las escuelas del departamento, incluso los que asisten a jardines maternales.
No eran 101, pero hicieron tanto barullo que atrajeron las miradas de todos. Fueron los chicos de la Salita Amarilla de 4 años de la Escuela Carlos Vergara que se vistieron de dálmatas para demostrar la importancia de la hermandad, el coraje, la paciencia y la lealtad. Lo hicieron bailando sobre el carruaje al ritmo de Márama.
Sus compañeros de la Salita Verde, de 5 años, quisieron representar el respeto por los demás, especialmente por los adultos mayores. Recurrieron a la figura de los abuelos para hacerlo. Algunos chicos con boinas, lentes de aumento y bastones caminaron delante del carruaje, mientras que el resto de los compañeros desfiló a bordo del mismo y junto a la figura gigante de una abuela tejiendo, sentada al lado de un abuelo que estaba leyendo el diario.
Para los chicos del Colegio Parroquial Santa Bárbara, el Chavo es sinónimo de amistad y por eso representaron la vecindad en su carruaje. Usaron hasta un barril para la escenografía que se completó con chicos vestidos como Quico y el Chavo.
Color y alegría fue el denominador común de todos los carruajes que participaron del desfile con el apoyo incondicional de los padres que no sólo ayudaron con la confección de trajes y de escenografías, sino que hasta se animaron a formar parte del séquito. Las madres de los alumnos de la Escuela Pedro Álvarez soltaron globos albicelestes con mensajes de paz durante el desfile y los padres de los alumnos de la Salita Celeste del ENI 33 presidieron el carruaje de sus hijos tocando batucada.
