A la distancia el nauseabundo olor se percibe. Una situación que se torna insoportable para los vecinos que intentan abrir las ventanas de sus casas. A simple vista se ven las larvas de mosquitos que nadan en el barro podrido de las acequias. Todo esto podría ser la imagen de un lugar abandonado. Sin embargo se trata de los barrios Municipal y Bancario, ubicados en Capital. La situación abrió polémica con el municipio. Es que los vecinos dijeron que pidieron ayuda para limpiar las acequias y nadie les respondió. En tanto desde la Municipalidad de la Capital aseguraron que la basura estancada se debe a que los mismos habitantes arrojan agua servidas a las cunetas y que los multan constantemente por esto.
Mientras que con palas y escardillos mostraron el barro podrido, las hojas y las botellas que son una postal común de las cunetas, los vecinos aseguraron que nadie limpia a fondo las acequias. ‘La mayoría de las vecinas somos mujeres grandes y no podemos estar tiradas en el piso sacando la mugre. Hace unos días sacamos más de 20 centímetros de barro podrido. Es que hace como 2 años que no vienen a limpiar’, dijo Margarita Ramos. En tanto Carlos Gómez, otro de los los vecinos de la zona, dijo que ‘el barrio se ha convertido en un foco infecciosos. Sólo queremos que nos limpien las cunetas. El agua está estancada y no podemos sacarla’. Las cuadras más complicadas son las de calle Victoria, Brasil y 9 de Julio.
Ellos aseguraron que hicieron numeroso reclamos y que nadie les dio una respuesta. Sin embrago desde el Municipio afirmaron todo lo contrario. ‘Es un problema de larga data. Ya limpiamos en varias ocasiones las acequias pero los vecinos siguen tirando aguas servidas. Es más, realizamos muchas actas de infracciones a la gente porque arrojan los residuos de los lavarropas o de las cocinas en las acequias’, dijo Jorge Cerdera, secretario de Ambiente y Servicios de la Municipalidad de Capital.
El funcionario explicó que personalmente recorrió las calles y que conoce la problemática de esos barrios. ‘Es un problema de nunca acabar. Limpiamos las acequias con palas y otras herramientas. Luego largamos el agua de regadío para que no se estanque. Pero los vecinos vuelven a arrojar los líquidos’, dijo. Sin embargo admitió que hace muchos mese que el trabajo no lo pueden completar porque ‘no tienen el agua suficiente para que corra por las cunetas’.
‘Lamentablemente tenemos un problema hídrico y muchas veces se hace imposible poder solucionar el problema de los vecinos. Ellos tienen que dejar de usar las cunetas como si fuesen pozos negros’, explicó el funcionario. Por su lado los vecinos reconocieron que algunos habitantes realizan estas prácticas. Cerdera dijo además que en varias ocasiones hicieron multas a los vecinos por arrojar aguas servidas a las acequias. Aseguró que se está analizando, vía ordenanza, endurecer las multas para los que reincidan en la falta. Al respecto, los vecinos aseguraron que esto sucede porque los pozos negros están colapsados y en algunas viviendas hay dos pozos porque el barrio es muy viejo y no tiene cloacas. ‘Es cierto que hay gente que tira el agua a las cunetas, pero es para que no colapsen los pozos negros‘, dijo Margarita, otra vecina.

