A partir de septiembre, los vecinos de Capital que deseen construir o reparar sus veredas, recibirán una importante ayuda por parte del municipio. Es que la comuna le entregará todo el material, sin cobrarle y el frentista deberá hacerse cargo de la mano de obra. Esto es lo que establece una flamante ordenanza que acaba de ser aprobada en la Municipalidad de la Capital y que comenzará a ponerse en práctica el próximo mes. Antes de esto, el vecino tenía que hacerse cargo del arreglo o construcción de las veredas, por completo.

Lo que busca la comuna es mejorar las veredas de todo el departamento y dijeron que, como saben que no todos los frentistas están en condiciones de encarar una obra de este tipo, les darán una mano. El material no sólo servirá para reparar las que están rotas sino que además se podrá construir veredas nuevas, según dijo el secretario de Planificación Urbana, Juan Terranova.

La Ordenanza 10.920 establece que el frentista que lo pida, tendrá el material (mosaicos tipo calcáreo amarillo, cal, cemento, áridos), en 15 días en la puerta de su domicilio. Pero si no lleva a cabo la obra en el lapso de 70 días, deberá restituir al Municipio el equivalente en dinero del material que le entregó.

Hacer una vereda cuesta aproximadamente 140 pesos el metro cuadrado, (70 pesos en mano de obra y 70 en materiales), por esto, Terranova dijo que el vecino podrá ahorrar al menos un 50%. Dijo además que la medida alcanzará también a los propietarios de los comercios del microcentro. Este programa será financiado con dinero municipal y ya hay 500.000 pesos destinados para la primera tanda de materiales.

Hasta antes de esta nueva ordenanza, existía una normativa sancionada en 1993, que establecía que cada propietario tenía que hacerse responsable de su vereda y de las tazas de los árboles que se encuentran en ella. Hasta antes de eso la comuna se hacía cargo de todos los arreglos.

Al ver que las veredas continuaban deteriorándose y no eran reparadas, en junio de 2009, la Municipalidad de Capital propuso a los frentistas que pagaran en cuotas al municipio el arreglo de veredas y tasas del arbolado público. La idea era comenzar primero con la zona del centro. Pero la propuesta, mediante la que el vecino tenía que hacerse cargo del costo total de la refacción, no tuvo aceptación por parte de la gente.