“Más feo, más flaco…y más peor. Así es todo en Uruguay…”. Crónica lúcida de la actualidad uruguaya, con bajadas de líneas irónicas, Agarrate Catalina destiló acidez contestataria desde el escenario del Teatro Sarmiento, el viernes pasado como una de las “joyitas” del Festival Arriba la Cordillera que se realizó en adhesión al III Congreso Nacional de Cultura. Teatreros, artistas plásticos, y público en general coparon las instalaciones para presenciar esta multitudinaria murga de juglares uruguayos -que fueron parte de las celebraciones por el bicentenario argentino-; y tuvieron que soportar una larga cola que llegó a dar vuelta la esquina de Alem y San Luis, ya que se dio sala a las 00 -una hora después de lo previsto-. Como era de esperar, no faltaron quienes se aprovecharon de la circunstancia para la reventa de entradas que de un valor de sólo $2 pasaron a costar $10 y hasta $20.

En una escena apretada; once micrófonos recibieron a estos murgueros que, entre canciones y monólogos, recorrieron con su “Decidiccionario ilustrado” la historia charrúa -desde la época de la colonia hasta Luis Alberto Lacalle, las mascotas del seleccionado de fútbol; Pepe Mujica, el actual mandatario de Uruguay y Manuela, su perra- y el polémico tema de las papeleras desde una mirada conciliadora, en un carnaval de caricaturas rioplatenses.

Un maestro de ceremonias de gran galera como motor del grupo, coordinó esa masa deslumbrante de muñecos cantantes que presentaron “Civilización” -su último espectáculo- en la provincia.

Caracterizados con cascarones de tela enrollados en sus torsos y satíricas máscaras, más de una decena de actores repicaron en las tablas al ritmo de los tambores y redoblantes que pegaron una cachetada de humor crítico a la platea.

Al final, entre bises, aplausos y la entrega de una bandera de sus compatriotas residentes en San Juan, la onda expansiva de Agarrate Catalina saltó del tablado hasta las butacas, siguió en el foyer del teatro y salió a la calle para zapatear hasta pasadas las 2 de la mañana de ayer. Flashes de rítmicas de base afro, postales de música urbana mezclada con letras de fuerte contenido social y político, cuadros de juglarías simplemente imponentes.