Los asesinos de Candela Rodríguez habrían lavado el cadáver para no dejar rastros, según se indicó ayer desde la Justicia.
Ayer, el jefe de los fiscales de Morón, Federico Nieva Woodgate, reconoció que el cuerpo de Candela “probablemente había sido lavado” luego del crimen, al dejar ver que no encontraron rastros en el cadáver de la nena que permita ubicar a los asesinos. “El cuerpo probablemente había sido lavado; es cierto que no estaba como cuando uno sale de la ducha, pero no estaba en el estado en el que suelen encontrarse los cuerpos que llevan dos o tres días de muertos. La esperanza de obtener buenos resultados no la perdemos en ningún momento”, dijo.
Mientras tanto, el Gobierno nacional rompió el silencio tras la aparición del cadáver, ocurrida el pasado miércoles 31 de agosto, a un costado de la Autopista del Oeste en el partido de Hurlingham. El crimen de Candela es “un hecho fuera de lo común” que “consterna a todos” porque se trataba de “una chiquita de once años que es inocente de todo”, dijo el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández. Según dijo, “la situación es más que elocuente en cuanto a que no es un hecho común o un hecho tipificado de lo que se puede decir siempre como un secuestro común”, aunque dijo que “no se puede saber” si se trató de un caso “mafioso”.
En tanto, el ministro de Justicia y Seguridad provincial, Ricardo Casal, se acercó hasta un trailer montado en la zona de los operativos -como una base móvil de la fuerza- detrás de la comisaría 2da. de Villa Tesei, para asistir a una reunión con el jefe de la Policía, Juan Carlos Paggi, y su segundo, Hugo Matzkin. Allí, dijeron las fuentes, se analizaron las filmaciones de los allanamientos para saber si se había podido avanzar en la pesquisa.
