A pesar de tener poca fuerza en su mano izquierda, Camila no se despega ni un segundo de su muñeca preferida, mientras da sus primeros pasos. A la niña de 8 años le dieron el alta el 24 de diciembre pasado y su papá Javier Brusotti dijo que en este tiempo su evolución fue muy buena. Pero a pesar de esto no podrá volver a la escuela este año ya que aún tiene pérdida de memoria temporal por las heridas que sufrió luego de la golpiza, producto de violencia doméstica, por la que ingresó al sanatorio Cimyn el 25 de octubre del año pasado, y por lo que todavía está preso su padrastro. Mientras que la mamá, Alejandra Ríos, tiene una restricción judicial.
En todo este tiempo, casi un mes desde que le dieron el alta, Camila tiene una agenda apretada ya que concurre diariamente a los médicos para continuar su recuperación, pero aprovecha los momentos en que está en su casa para poder jugar y divertirse. El bebote que le regalaron para Navidad y los rompecabezas son sus juguetes preferidos. Pero, según dijo su papá y quien la tiene a cargo, lo que más disfruta Camila es jugar con su hermanito del corazón de 6 años de edad (el hijo de la pareja de Javier). Y es tan fuerte el vínculo que es a una de las pocas personas que la niña no olvida. Los niños se unieron de tal forma que hasta piden dormir juntos en la misma cama. Además el nene la acompaña a las sesiones de kinesiología a las que asiste Camila dos veces por día y juntos ven los dibujitos mientras arman un nuevo rompecabezas.
Una de las secuelas importantes que le quedó a Camila es la hemiplejía de su lado izquierdo y la pérdida de memoria a corto plazo. Por esto es que los médicos le dijeron a la familia que será muy difícil que la niña pueda asistir a la escuela ya que le cuesta memorizar y recordar. Por estos problemas es que Camila sale poco de casa ya que en su brazo izquierdo casi no tiene fuerza y tiene una renguera en la pierna, lo que le dificulta mantener el equilibrio y también poderse levantar del piso si se cae.
Por el trauma vivido, Camila tuvo que usar pañales nuevamente luego de que le dieran el alta. Pero de a poco sus papás le están sacando los pañales y ahora sólo los necesita para dormir y cuando va a las sesiones de kinesiología.
Sobre la recuperación de la niña, la médica Viviana Pardini informó que ahora seguirá un lento proceso de rehabilitación. A su vez, dijo que a la niña le colocarán una placa de metal en el cráneo (en el parietal), ya que se lo sacaron para operarle la zona más afectada del cerebro. Todavía no hay fecha para la cirugía.
Camila Brusotti ingresó al sanatorio Cimyn el 25 de octubre del año pasado con heridas, que según dijo al principio su mamá, provocadas por la caída de un caballo. Los médicos advirtieron que esto no fue así y rápidamente hicieron la denuncia por violencia familiar. El principal sospechoso señalado es Pedro Oris, la pareja de la madre biológica.
La niña de 8 años estuvo internada casi dos meses y en ese período el papá luchó por la tenencia de la niña, con la que finalmente pudo pasar la Navidad pasada en su hogar.

