El papá dándole indicaciones de cómo manejar a su hijo en plena siesta de un sábado es una imagen que hace algunos años era habitual. Pero esta tradición se fue perdiendo con el tiempo y hoy en día la gente contrata el servicio de un instructor de manejo. Esta tendencia se ve reflejada en que en 2004 sólo había un instructor en San Juan, mientras que actualmente ya son 12 los instructores activos y desde el año pasado existe una escuela de manejo.
La explosión de esta actividad está relacionada, según dijeron los instructores, con el aumento del parque automotor y con la falta de tiempo libre de los familiares que antes asumían la responsabilidad de enseñar a manejar. ‘Hoy en día al haber tantos accidentes de tránsito, llevó a que sea muy exigente sacar el carné. Por esto es que el que quiere rendir el examen necesita de mucha práctica y sólo se consigue con nuestro servicio‘, dijo Marcelo Magariños, dueño de la escuela de manejo KM 0 que ofrece un curso de 12 clases prácticas y 4 teóricas por 2.800 pesos.
Justamente por esto es que Alejandra Molina se decidió a contratar el servicio. ‘Alcancé a salir una vez a practicar con mi papá y una vez con mi marido, los dos se pusieron tan nerviosos que hasta nos peleamos. Ellos dicen que no tienen tiempo ni paciencia para enseñarme, por eso decidí contratar el curso ya que ellos saben como tranquilizarme y darme las indicaciones necesarias para aprender‘.
Pero en la provincia existen también instructores de manejo como Mauricio Ramis. “Yo acuerdo con el cliente si quiere que le de las clases en su auto o que utilicemos el mío. Esto es para hacerlo sentir cómodo al cliente”, dijo. Ramis cobra por clases 80 pesos si utiliza el auto del cliente, y 150 si usan el vehículo que cuenta con un doble comando y la señalización requerida.

