Iker Casillas, capitán del Real Madrid, fue el encargado de recibir de manos del francés Michel Platini, presidente de la UEFA, el trofeo de la Liga de Campeones, la ansiada “Décima” que levantó al cielo de Lisboa, ciudad sede de la final. Casillas, que ya fue campeón en 2002 en Glasgow, recogió el testigo en este honor de Fernando Hierro, quien la levantó en la ciudad escocesa.
El arquero madridista ya había levantado, al margen de los títulos de Liga y Copa, los trofeos de las dos últimas Eurocopas conseguidas por la selección española y el del Mundial Sudáfrica 2010. Tras fallar en el gol del Atlético, festejó con una tremenda alegría el empate en la prolongación de Sergio Ramos, y casi en el final lloró de emoción antes de acabar el encuentro.