Alberto repitió una y otra vez que Canela es de color blanco, tenía un arnés rosado que ya debe estar muy sucia y que pudo haber perdido mucho peso. Estos datos los dio por si alguien la vio deambular en la zona de El Encón. Todavía está shockeado porque hace dos semanas, sus hijas fallecieron en un accidente automovilístico cuando volvían de vacaciones. En el auto iba su mascota, una perra caniche Toy que desde ese día está perdida. Desde entonces, este hombre volvió al menos 7 veces al lugar de la tragedia y dedica 5 horas por jornada a buscar al animal.

“Le decimos Canela. Es muy apegada a mi mujer y dormía con mis hijas. Es la mañosa de la casa”, contó Alberto. Canela llegó a la familia, que vive en Rawson, hace 4 años, cuando tenía 47 días de vida. El hombre relató, como si fuese ayer, el momento en el que el animal llegó a la familia.

Canela está esterilizada y tiene todas las vacunas. Siempre la cuidamos mucho”, agregó Alberto para hacer referencia el lugar importante que ocupa en sus vidas este animal. Ahora pide a la gente que le ayude a buscarla y a quien la encuentre le dará una recompensa. Pero no quiso hablar de montos para evitar que molesten a la familia.
Alberto dijo no recordar qué pasó ese 11 de febrero trágico cuando regresaba con su familia de unas vacaciones en Mar del Plata, a la altura de El Encón, cuando su camioneta salió de la banquina y dio varios tumbos. Ahora pone todo su esfuerzo en encontrar a Canela. “Es muy importante para mi esposa y para mí”, dijo el hombre que conoce cada detalle de su mascota. Para dar más información sobre su contextura, Alberto afirma que Canela, hasta antes de extraviarse pesaba 7,100 kilos. “Ahora debe pesar unos 4 kilos porque lleva muchos días perdida”, afirmó. “No es muy sociable, le escapa a la gente que no conoce y sólo se da con los familiares. Era un niño más, nos compraba a todos, era muy mañosa”, agregó el hombre.
Canela era una integrante más de la casa. Tanto así, que dormía en la cama del matrimonio Valdéz y a veces con sus hijas. Por eso tienen tanto apego al animal. Generalmente estaba adentro de la vivienda y la trataban como si fuese un hijo más. “Está esterilizada y tiene todas las vacunas”, dijo.

Si bien Alberto no recuerda qué pasó exactamente el día del accidente, sí contó que cuando volvió en sí, alguien le dijo que habían visto a la perra a 20 metros del vehículo. Contó que incluso un lugareño, que circulaba en moto la esquivó para no atropellarla. Fue cuando Alberto llamó a Canela, pero según contó, se asustó porque todos los que estaban en el lugar, empezaron a correr para atraparla. Entonces, el animal cruzó la ruta y se perdió entre los arbustos y hasta el cierre de esta edición, no volvieron a tener noticias de ella.

Dos días después del accidente, Alberto volvió al lugar y empezó a búsqueda de Canela. Fue entonces cuando los Valdéz conocieron a la familia Díaz, que vive en un puesto de El Encón, en la zona donde fue el accidente, a 3 kilómetros de la ruta. Los Díaz se sumaron a esta desesperada búsqueda.

Alberto volvió a El Encón unas 7 veces para buscar a Canela. Hace un rastrillaje de unas 5 horas diarias, acompañado por sus familiares y a veces, por los Díaz, que son los que conocen el lugar. Incluso, ellos dijeron ver al animal hace unos cinco días, pero no la pudieron atrapar porque salió corriendo y se perdió entre los arbustos espinosos que hay en la zona. Es por eso que los Valdéz tienen la certeza de encontrarla con vida. “No me importa si alguien la tiene, mientras que aparezca. Es lo único que buscamos”, cuenta Alberto. Desde el primer día de búsqueda dejaron un recipiente con agua y comida en la casa de los Díaz. Alberto cuenta que había visto sus huellas cerca de allí, por lo que tiene la esperanza de encontrarla con vida.

La tarea de búsqueda no es fácil. Los Valdéz y los Díaz recorren esta zona en la que hay muchos arenales y arbustos espinosos, por lo que tienen que ir con el cuerpo totalmente cubierto para no sufrir raspaduras. Además, tienen que ir bien preparados para enfrentar el calor. Se equipan con agua, gorras. Es por eso que cada salida requiere una preparación.

Mientras que Alberto busca a Canela, caminando, los Díaz recorren la zona a caballo. Este hombre apela a la solidaridad de la gente y es por eso que dará una recompensa a quien la encuentre. Pero no quiso dar detalles del monto. “Sólo esperamos que vuelva a nuestra casa”, dijo.

La búsqueda desesperada de Canela se dio tras la muerte de sus dos únicas hijas (de 21 y 16 años) cuando venían de vacaciones y el conducía la camioneta que se salió de la banquina a 23 kilómetros al Este de El Encón, en 25 de Mayo. La madre de las jóvenes sufrió heridas, pero ya está en su casa y Alberto tuvo lesiones leves.