El árbitro del partido, el colombiano José Buitraggo, tuvo una destacable actuación en el juego entre Brasil y Ecuador. El juez siguió siempre de cerca cada jugada y cuando para cortar el juego se recurrió a una falta desmedida, no dudo en mostrar la tarjeta amarilla para bajar los decibeles. No tuvo errores y supo poner límites.