La cocina del nuevo Hospital abastece desde hace unas semanas a todo el complejo, incluida la parte vieja. Está concesionada a Seralicó, que antes ocupaba sus instalaciones y ahora se mudó a la modernidad del subsuelo del nuevo Rawson. Trabajan en dos turnos y preparan por día unas 250 comidas para internados y unas 150 para el buffet. A este último van profesionales y familiares de los pacientes.