Pichón de director teatral

A los 8 años y con un protagónico en su haber está convencido que lo suyo es el teatro. Tanto que con su hermana Lucía (de 2 años y nueve meses) juegan a la Fiesta del Sol, todas las tardes, después de la escuela. Bruno hace las veces de director (dando órdenes y marcando situaciones), mientras la pequeña de la casa anuncia gritando la llegada de los españoles. Entonces los dos corren de un lado para otro y terminan escondidos bajo la mesa, repitiendo el texto que en febrero y en el escenario de Zonda, lo convertían en Lautaro.
"A mí esta fiesta es la que más me gustó, aunque el caballo me lastimó el pie mientras actuaba. Por suerte nadie se dio cuenta”, dice mostrando el corte que todavía tiene en el empeine, el que no le impidió cumplir su papel al pie de la letra. Justamente el disfrute de Bruno tiene que ver con su participación en la mayor fiesta de San Juan. Es que en el 2010 fue parte de una escena multitudinaria, donde pasaba caminando, despeinado por el viento Zonda, confundido entre otros "extras”, mientras que en el 2010 hizo de Sarmiento pequeña. Pero esta vez le puso la voz y el cuerpo a más de una escena. Y eso lo hace sentir importante.
"Fue muy divertido cuando tuve que correr y tirar los jarrones en la escena del mercado”, dice con una sonrisa pícara.