El Gobierno de Brasil recortó ayer los impuestos sobre el cemento, pinturas y otros materiales de construcción, y extendió las exenciones impositivas al sector automotriz, en un esfuerzo por impulsar sectores clave de la mayor economía de América Latina. El Gobierno extendió la reducción de impuestos industriales sobre vehículos nuevos hasta el 30 de junio como una medida para impulsar las ventas y prevenir los despidos masivos. Las exenciones están condicionadas a que los fabricantes de autos no despidan trabajadores. Los nuevos incentivos fiscales reducirán la recaudación tributaria en cerca de 1.500 millones de reales (unos 655 millones de dólares) este año. La principal medida es la que prorroga hasta junio próximo la reducción del impuesto sobre la producción de automóviles que vencía el 31 de marzo. El incentivo permite reducir los precios de los automóviles y estimular la demanda de un sector que representa el 23% de la producción industrial de país. El impuesto, que era del 7% para vehículos de hasta mil cilindradas, seguirá en el 0%. Otra de las medidas reduce el impuesto para la financiación de la seguridad social (Cofins) sobre la venta de motocicletas desde el 3% hasta el 0%, igualmente con la condición de los fabricantes de no promover despidos masivos. La medida para favorecer la construcción reduce el impuesto de la producción industrial sobre algunos materiales como el cemento (del 4% al 0%), pinturas y barnices (del 5% al 0%) y revestimientos (del 5% al 0%). El Gobierno también anunció la reducción del impuesto sobre la renta de las empresas que actúan en la zona franca de Manaos, en el corazón de la Amazonía. El Ministerio de Hacienda, igualmente, decidió ofrecer garantía sobre depósitos a los bancos pequeños y medianos, lo que les permitirá aumentar sus captaciones en unos 2.183,4 millones de dólares para destinarlas a créditos.
