Durante la Guerra de Malvinas, Thatcher evaluó atacar blancos militares en la Argentina continental y hasta pidió indagar qué reacciones provocaría un bombardeo. John Coles, secretario privado de Thatcher, le pidió a la Cancillería que buscara información de inteligencia e indagara qué reacciones provocaría Gran Bretaña si tomaba ‘pasos nuevos y dramáticos‘ como un bombardeo a la Argentina continental, aunque aclaraba también que Thatcher no estaba pensando en eso. Otra nota, del 2 de mayo de 1982, mencionaba eventuales objetivos continentales e incluso la posibilidad de concretar aterrizajes en la Patagonia, aunque advertía que cualquier medida de ese tipo dañaría ‘gravemente‘ el respaldo a Gran Bretaña. En otro documento emitido el 11 de mayo de 1982 por el Ministerio de Defensa se analizaba la posibilidad de atacar aeropuertos militares argentinos, pero destacaba que, para inutilizarlos, haría falta un bombardeo muy grande y, al mismo tiempo, ‘un muy alto grado de precisión‘ para evitar víctimas civiles.
