En su bicicleta, con un bolso cargado de libros y con el objetivo de contagiar ganas de leer, José Luis Guajardo comenzó a brindar un servicio nuevo en la Biblioteca Popular Antonino Aberastain: el delivery de bibliografía en el que el socio, además, no debe pagar ni un peso de más para poder leer en su casa.

Esta fue una de las estrategias que el presidente de esta institución puso en marcha para tratar de evitar el cierre definitivo de la misma debido a la escasa demanda.

Desde hace unos 5 años, las bibliotecas populares de la provincia comenzaron a ’padecer’ los avances de la tecnología que ahora permiten leer un libro hasta en el teléfono celular y sin costo alguno.

Esto trajo aparejado la disminución de socios y usuarios y potenció la creatividad de los bibliotecarios para ganar clientela. Entre los últimos dos años cerraron dos bibliotecas por falta de lectores.

Irma de Godoy añora aquella época en que la biblioteca estaba repleta de jóvenes leyendo y que las empleadas no daban abasto atendiendo por el mostrador a la gente que hacía fila para llevarse un libro. Hace 5 años de eso, cuando la Biblioteca Mariano Moreno tenía 2.000 socios.

Ahora tiene la mitad. ’Los estudiantes ya no tienen que usar los libros para investigar un tema, ya que todo lo bajan hasta hecho por Internet. Para las bibliotecas esto fue una gran desventaja, pero han logrado sobrevivir gracias al ingenio’, dijo la directora de esta institución.

Irma dijo que se puso en marcha diferentes estrategias para atraer más socios y conservar los ya existentes. Una de ellas fue darles algunos beneficios a los adultos mayores.
 

El costo

300 es la cantidad de pesos que cobra anualmente y como máximo una biblioteca a los socios.

 

Ellos pueden llevarse de una sola vez la cantidad de libros que deseen y por tiempo indefinido. Además se creó la mochila viajera que viaja cargada de libros por escuelas y otras instituciones, especialmente que se encuentran en zonas alejadas. 

Otra de las estrategias de esta biblioteca es salir dos veces al año a leer en plazas, hospitales uniones vecinales y centros de jubilados para contagiar el hábito de la lectura.

En la Biblioteca Popular La Sociedad de los Patriotas Noveles también pusieron el marcha el delivery gratuito de libros, especialmente para los socios adultos mayores como también para aquellos a los que les resulta difícil trasladarse hasta la institución. Pero, además, apuntaron a conquistar a un público adolescente.

’En la biblioteca se dicta gratis un taller de ajedrez en el que participan muchos chicos. Les dijimos que para seguir participando y perfeccionándose tenían que visitar el rincón de los grandes maestros del ajedrez, donde tenemos bibliografía referida al tema. Con esto logramos que vuelquen a los libros’, dijo Daniel Lorente, director de la biblioteca. 

En esta institución además se estableció un sistema de premios para los socios. Al socio que llevó más libros durante el año no se le cobra la cuota de enero y febrero; mientras que el que trae una persona para asociarla a la biblioteca también cuenta con la eximición del pago de una cuota.

En tanto que la Biblioteca Popular Pablo Ramella consiguió en comodato un bibliomóvil para recorrer la provincia.

 

La institución

Una biblioteca popular es una asociación civil autónoma creada por la iniciativa de un grupo de vecinos de una comunidad determinada.

 

Regulación

La Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), dependiente de Cultura de La Nación, es el organismo que fomenta y regula estas instituciones.