Si hubo un jugador que ayer se puso al hombro al seleccionado de España ese fue Jordi Bargalló (foto). No sólo por los tres goles que marcó, sino por esa frialdad maravillosa para anotar ese gol de oro que le dio la clasificación a la final a su equipo. Durante todo el partido se mostró como la salida de España. Dominó bien los tiempos y, de paso, se mostró como un hombre frío y contundente para la definición.

Con el partido bien chivo para el campeón y Mozambique defendiendo todos los caminos rivales, Bargalló supo aprovechar un grueso error de la defensa africana y abrió la cuenta en el partido. Parecía que el gol tranquilizaría al campeón pero Mozambique lo sorprendió con el empate. Aunque al descanso se fueron 2-1 para los de Feriche.

En el complemento, otra vez con el empate en el tablero, de nuevo salió a relucir la figura de Jordi, que clavó el tercero luego de una notable jugada individual.

Mozambique empató por tercera vez y así se fue el tiempo reglamentario. Entonces llegó ese alargue emocionante que premiaba al mejor con el gol de oro. Y el que se quedó con el oro fue Bargalló. Con un tiro fuerte, cruzado, que se metió en el ángulo opuesto. Un jugadorazo que salvó a España del incendio.