Para ellos, la prioridad es ayudar al prójimo. Es por eso que hasta se privan de ir a bailar a un boliche para dedicar el fin de semana sólo a la solidaridad. Son los 50 chicos que integran el grupo San Juan Solidario que, en los dos años que lleva de vida, ya visitó a 23 pueblos carenciados en zonas alejadas para llevarles un poco de ayuda y alegría. El primer fin de semana de junio visitarán Puchuzún y La Isla, en Calingasta.
Luciano Cano dedicó su adolescencia en participar en distintas campañas solidarias que se organizaron en forma esporádica y sólo para ayudar a víctimas de inundaciones e incendios. Pero quiso hacer de la solidaridad una tarea permanente con la cual llegar a todos los rincones de la provincia.
A fines del 2012 creó el grupo San Juan Solidario que cada vez convoca a más voluntarios predispuestos a donar su tiempo libre para ayudar a los demás. ‘El grupo comenzó a funcionar con 5 personas entre las que estaban mi hermana, unos primos y un par de amigos. Pero de a poco, una vez que la gente conoció nuestro trabajo, se fueron incorporando más voluntarios. Hoy somos 50, de entre 13 y 40 años, que a pesar de la diferencia de edad trabajamos con el mismo compromiso y responsabilidad’, dijo el joven.
En el verano del 2013, el grupo tuvo su primera prueba de fuego: iniciar una campaña para ayudar a los inundados por el temporal de lluvia en Sarmiento. La superaron y con mejores resultados de los pensados. Lograron recaudar varias frazadas, calzado, colchones y alimentos que repartieron entre los damnificados. Ese logro los impulsó a intensificar su solidaridad. ‘Nos propusimos llegar a
pueblos de las zonas más alejadas de la provincia. Pueblos en los que quizás la gente no carece de ropa o alimentos, pero sí de una visita para sentir que la tienen en cuenta. Visitamos a los habitantes de Baldes de Leyes, en Caucete, que nos recibieron sorprendidos.
Nos dijeron que en los 100 años que tiene el pueblo, nunca los visitó una ONG o cualquier otra institución fuera de la esfera gubernamental. Disfrutaron tanto de nuestra visita que nos pidieron, por
favor, que volviéramos a visitarlos aunque no fuera para llevarles donaciones. Les prometimos ir todos los años’, dijo Cano.
Hasta el momento, San Juan Solidario, visitó 23 pueblos de zonas alejadas. Algunos, más de una vez.
San Juan Solidario no cuenta con una sede propia. Es por eso que sus integrantes se reúnen en la Dirección de la Juventud, donde les prestan una habitación. Pero, además, utilizan los espacios
verdes públicos para recaudar las donaciones. Todos los fines de semana, siempre que no viajen hasta algún pueblo carenciado, se juntan en las plazas de diferentes departamentos o en los parques para recepcionar la colaboración de la gente con ropa, calzado, útiles, alimentos y juguetes. Previamente, hacen una campaña de difusión a través de las redes sociales para convocar la ayuda. ‘Usamos el Facebook no sólo para pedir colaboración, sino también para subir las fotos de cuando entregamos las donaciones recibidas. Es una forma de rendirle cuenta a la gente que colaboró. Esto también nos sirve para que más voluntarios se sumen al grupo. Actualmente hay un chico ecuatoriano, un italiano y un alemán colaborando en nuestras campañas. Llegaron a la provincia de intercambio y se sumaron al grupo’, dijo el presidente de San Juan Solidario.
Luciano agregó que se trata de un grupo abierto al que se puede incorporar todo el que lo desee, siempre y cuando cumpla los dos requisitos fundamentales: estar siempre listo para ayudar y ser caradura para no tener vergüenza a la hora de golpear puerta por puerta para pedir colaboración.
El trabajo de este grupo no sólo se limita a ayudar a los más carenciados, sino también en llevar alegría a los más chicos y guiar a los adultos con algunos trámites para obtener pensiones o planes sociales. Visitan diferentes escuelas de la provincia, especialmente las de zonas alejadas, para jugar con los chicos y llevarles golosinas, además de las donaciones. Toda la tarea recreativa está a cargo de las payasitas, voluntarias que se calzan las pelucas multicolores y las narices rojas para divertir a los chicos.

