La industria de la aviación necesitó cinco años para volver a los beneficios tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU, según un informe de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) divulgado ayer.

Después de obtener unos beneficios de 3.700 millones de dólares en el año 2000, el sector aéreo registró pérdidas de 13.000 millones de dólares en 2001 por el impacto de los atentados del 11-S y no regresó al terreno de las ganancias hasta 2006, aunque por un estrecho margen del 1,1%, con 5.000 millones de dólares.

En 2007 ya se vislumbraron signos de recuperación con beneficios de 14.700 millones de dólares, pero esta mejora se vio truncada por el estallido de la crisis, que devolvió al sector a los números rojos con unas pérdidas de 25.900 millones de dólares entre 2008 y 2009.

A causa del 11 de septiembre, los ingresos globales del sector pasaron de 329.000 millones de dólares en 2000 a 307.000 en 2001 y 306.000 en 2002, para repuntar levemente en 2003 hasta los 322.000 millones y alcanzar en 2004 los 379.000 millones. Desde el punto de vista de la IATA, estos datos demuestran la resistencia de la industria de la aviación, ya que, aunque lentamente, superó el trauma del 11-S y afrontó a lo largo de la última década nuevos intentos de atentados, guerras y récords en el precio del petróleo. Donde más se sintió el impacto del 11-S fue en EEUU, ya que el sector aéreo del país registró entre 2001 y 2002 unas pérdidas de 19.600 millones de dólares, que alcanzaron los 57.700 millones de dólares en el periodo que abarca de 2001 a 2005. A lo largo de estos 10 años, el sector también ha hecho frente a la crisis financiera, que provocó más pérdidas que los atentados, ya que en 2009 los ingresos del sector cayeron en un 14%, frente al 6% de 2001.