A pesar de los anuncios del Gobierno en el sentido de que no se iban a tolerar más cortes en las calles de la ciudad, una manifestación de taxistas y remiseros volvió a interrumpir ayer el tránsito. Primero en los alrededores de la plaza 25 de Mayo y después en la avenida Libertador, frente al Centro Cívico. En este último caso por más de 3 horas. Y todo frente a efectivos policiales que incluso desviaban el tránsito y hasta cuidaban a los protestantes.

El discurso oficial había cambiado a principios de septiembre, cuando el ministro de Gobierno, Emilio Fernández, anunció que no se iban a permitir los cortes de calles. "El método de cortar arterias no lo compartimos para nada", dijo el funcionario.

Fue el anuncio de un cambio de timón de la política oficial, porque hasta ese momento el Gobierno local, ante este tipo de protestas, venía siguiendo la conducta nacional de no intervenir.

Lo que hizo cambiar de decisión oficial fue una manifestación de vecinos del asentamiento Cipoletti, de Chimbas. El grupo se había concentrado pidiendo viviendas, en Libertador y Las Heras, y cuando llevaban casi 24 horas impidiendo el tránsito, la policía, por orden del ministro Fernández, los desalojó hasta la vereda del Centro Cívico.

Luego otro cambio. A mediados del mes pasado, cuando el gobernador José Luis Gioja había llegado al Centro Cívico para participar en un acto oficial y un piquete de vecinos había vuelto a cortar la Libertador en reclamo de viviendas, el ministro Fernández dijo que como estaba el mandatario y para no promover "una situación no deseada por nadie" no se había querido dispersar a los manifestantes con el uso de la policía.

Pero ayer no estaba el gobernador participando en ningún acto y sin embargo los manifestantes volvieron a la técnica de interrumpir el tránsito, con las consecuencias para el resto de los automovilistas, sin que hubiera ninguna orden para volver la situación a la normalidad. A pesar de los pedidos insistentes, el ministro Fernández no atendió ayer los llamados desde este diario.

En esta ocasión fueron un grupo de unos 30 remiseros y taxistas, agrupados como Trabajadores auténticos del rubro taxis y remises que exigían licencias habilitantes para sus unidades. Querían hablar con el ministro José Strada, pero como estaba en Chile fueron atendidos por el director de Tránsito, Francisco Alenda.