Allí vivió la modelo francesa Marie Anne Arize, desaparecida durante la última dictadura. También el actual gobernador, José Luis Gioja, otra de las víctimas del Gobierno de facto. Por estos dos casos puntuales, el barrio se convirtió en blanco de grandes y constantes operativos en busca de montoneros. Los vecinos dicen que por siete años vivieron aterrados y "guardados en sus casas". Y que recién en 1983, con el retorno de la democracia, el vecindario comenzó a cobrar vida. Se trata del Barrio Edilco, en Rawson, inaugurado en agosto de 1975, 7 meses antes de que los militares tomaran el poder.
Algunos vecinos le agregaron un par de filas de ladrillos a las medianeras con tal de no ver lo que pasaba en la casa del lado. Otros enrejaron todas las ventanas de sus casas en un intento para sentirse a salvo. Pero dicen que nada de eso contribuyó para poder vivir sin miedo.
"Cada vez que alguien golpeaba la puerta se te ponía la piel de gallina. Los militares venían muy seguido a revisar cada casa en búsqueda de armas. Era un infierno -recordó Víctor Hugo Castro. Nadie se atrevía a salir a la calle si no era para ir a trabajar o llevar los chicos de la escuela. Es por eso que los vecinos casi no nos conocíamos, porque hacía poco tiempo que se había entregado el barrio y nadie tuvo tiempo ni siquiera para socializar".
Castro contó que sólo un par de vecinos valerosos se animaron a reunirse de vez en cuando con la intención de formar la unión vecinal. Las reuniones se hacían plena calle, con las sillas puestas en la esquina de Pergamino y Paraguay para que los militares no creyesen que se trataba de un acto de sedición. Justamente, por ese temor, pocos vecinos se sumaron a la unión vecinal. Pero la falta de apoyo no hizo que la primera gestión, dirigida por Duilio Tapia, bajara los brazos y consiguiera mejoras para el barrio como la pavimentación de las calles y la instalación de la red de gas natural.
Por miedo a los militares muchos vendieron sus casas y se fueron, por lo que en el barrio quedan pocos vecinos originales.
La primera gran unión de vecinos se logró, en la proximidad del fin de la dictadura. En 1982, finalizada de la Guerra de Malvinas, todos los habitantes de este barrio se reunieron para pedir que la plaza, en ese año aún sin nombre, se llamara Capitán de Fragata Pedro Giachino, en honor al primer soldado argentino caído en las islas. Lo lograron, convirtiendo al Barrio Edilco en el lugar donde se celebró, en 1983, el primer acto oficial para celebrar el Día de los Veteranos y Caídos en Malvinas.