Parece extraño, pero el marketing que imponen las grandes compañías de dibujos animados penetran lo suficiente en los niños como para que convenzan a los padres de comprar los llamados útiles con ‘licencia’’, que son ni más ni menos aquellos que ilustran a las grandes figuras de los chicos: Cars, Toy Story, Ben 10, Princesa, entre otros tantos. Por ejemplo, los valores por una mochila común y una con licencia pueden llegar a triplicarse o incluso en algunos casos hasta superar ese guarismo.
‘Es un fenómeno muy particular. Vos observas que viene una mamá que por ahí no dispone de mucho dinero pero te pide un artículo de Cars que tal vez cuesta igual o más que todo el combo de útiles que se llevó. Pasa con las mochilas, con las cartucheras, las canoplas, con las carpetas ploteadas y otros útiles que los chicos les gusta tener identificados’’, explicaron desde un comercio de calle Laprida, en pleno microcentro.
Dentro de los útiles con licencia están los truchos, aquellos que son réplicas y que generalmente se venden en puestos callejeros, ferias o pequeños negocios de barrio.
