Los aerosoles coparon primero las paredes de la Capital y, de a poco, la tendencia se expandió a los departamentos cercanos. Pero no se trata de las típicas pintadas callejeras hechas rápidamente por una persona. Son imágenes grandes, hechas con diversas técnicas y materiales. Buscando una explicación al nuevo movimiento, los autores de algunas obras dicen que lo que se ve es una evolución desde el individualista grafiti a los murales que transmiten ideas. Y que eso es posible porque los sanjuaninos aprendieron a valorar el arte.
Ya sea porque se relacionan con muestras artísticas, porque fueron pedidos por intendentes que quieren eliminar las paredes con leyendas o porque los propios artistas tuvieron la iniciativa de pedir permiso para pintarlos en paredes públicas o privadas, los murales van en aumento.
Al respecto, el artista Yamil Montiel contó que “cuando llegué a San Juan no había mucho arte callejero. Yo empecé a hacer algunas pinturas y otros hicieron lo mismo. Así se generó un efecto contagio”. Por su parte, María Elena Alonso, quien hace ilustraciones, opinó: “Este tipo de obras se expande porque hay más inclusión en las manifestaciones culturales y la gente aprendió a valorar el mensaje”.
A diferencia de los grafitis, los trabajos que se ve ahora demandan el aporte de diversas personas con distintos conocimientos, de muchos materiales y de varios días de trabajo. Sobre el tema, Montiel, opinó que “los grafitis se hacen como un acto vandálico. Yo empecé así en el 2000, pero después uno crece y empieza a hacer las cosas de otra manera. Esa evolución es la que se ve ahora y los jóvenes pueden empezar a partir de ella”.
A su vez, Roberto “Tito” Quintero, quien comentó que “en los ‘90 pintaba grafitis. Ahora el arte callejero es más complejo. El tiempo pasó y nos fuimos formando. Los chicos de hoy están más avanzados que nosotros cuando teníamos su edad”. Por su parte, Fernando “Ponja” Roca, artista callejero, agregó que “el grafiti le pertenece a quien lo hizo. Las manifestaciones que se ven ahora buscan una interacción con quien las mira”.
Así, los artistas piensan seguir regalando sus obras. Tienen una idea fija: que el arte que esté al alcance de cualquier persona que camine por la calle.