Casualidad o fortuna, lo cierto es que estaba escrito que Persia tenía que ganar. En la largada de la carrera, un tornillo de la caja de transmisión se salió, el aceite fluyó, tomó contacto con los metales calientes y el habitáculo se llenó de humo. Pero como hubo bandera roja, el piloto fue a boxes y el equipo pudo reparar la falla, sin perder el lugar. “No sé si fue suerte la bandera roja porque a lo mejor el auto no se rompía, pero el humo me complicaba. Igual, el auto se mostró competitivo todo el fin de semana y este presente es producto del trabajo”, dijo Persia. En este año, Persia sólo cedió un punto en las cinco fechas, un altísimo porcentaje de efectividad. “Es increíble porque esta categoría es muy pareja y todos se esfuerzan mucho en mejorar cada fecha. Pero no pienso ni me interesan estos números de las estadísticas y los récords. A mi me gusta correr, andar bien y disfrutar cada carrera”, apuntó el ganador.
