Carlos Oyanedel es chileno y el año pasado conoció la caminata hasta la Difunta Correa, la hizo y se enamoró de la aventura. Por eso este año volvió para acompañar a Paola e Ivana, dos sanjuaninas, que la hacen para pedir por una amiga que tiene cáncer. Carlos dijo que la gente en Chile le pregunta qué tiene de especial la Difunta Correa, y el asegura que no sabe cómo explicar la fe que mueve.