Está científicamente comprobado que los hongos comestibles son una fuente inagotable de propiedades medicinales y nutricionales. No contienen grasa. Son muy bajos en calorías. Son probióticos, lo que significa que ayudan al organismo a combatir las enfermedades.

Todos los hongos suelen ser una buena fuente de vitamina (B1, B2, C). Absorben todos los minerales que contiene el substrato donde son cultivados, por lo general contienen buena cantidad de fósforo y potasio, y calcio en menor cantidad.

Consumirlos genera efectos antitumorales (ya que contienen cantidades importantes de polisacáridos de estructura molecular compleja que son capaces de retardar y disminuir el tamaño de algunos tipos de tumores, además de prevenir la formación), antivirales (estimulan el sistema inmune del organismo, combaten algunos agentes infecciosos), antiinflamatorio, control del colesterol, hepatoprotector, antihipertensión y antioxidante.