Un plan alimentario debe estar ajustado y calculado en forma individual, dice Oliveros. Por eso es necesario mantener horarios regulares para alimentarse.

* No saltear entre las comidas.

* Realizar las cuatro comidas principales y 1 ó 2 colaciones según sus horarios.

* Consumir al menos 2 litros de agua en forma diaria.

* Escoger y reemplazar los alimentos de esta manera: lácteos (yogur, queso, leche, ricotta, etc) enteros por descremados.

* Carnes magras retirando además la grasa visible y al pollo la piel.

* Elegir pescados frescos como merluza, pejerrey, o enlatados como atún y caballa al natural no al aceite.

* Aumentar el consumo de verduras de todas las variedades y consumirlas preferiblemente crudas, al igual que las frutas.

* Consumir alimentos integrales (arroz, productos de panadería, harinas, etc).

* Evitar frituras como así también el exceso de aceite en la comidas.

* Cancelar el consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares como: fiambres, embutidos, chacinados, vísceras, crema de leche, azúcar, productos de pastelería rellenas, golosinas, etc.

* Reemplazar las gaseosas, dulces, gelatinas, jugos, por los diet o light.

* Sazonar las comidas con condimentos naturales (ajo, perejil, romero, laurel, limón, orégano, etc) para que las comidas sean sabrosas sin necesitar el agregado de salsas ni aderezos.

* Practicar una actividad física, lo importante es que sea contínua y duradera en el tiempo.

* Consultar en forma periódica con los especialistas para que ajuste su tratamiento.