Los adolescentes: En ellos pueden producirse desajustes académicos al sentir más vitalidad y ganas de hacer actividades fuera de casa, disminuyendo las ganas de estudiar.

En los niños puede aumentar la impulsividad, la irritabilidad, la desobediencia, las peleas entre hermanos.

La pareja: En este caso se tiende a aumentar el deseo sexual y las relaciones, pero la otra cara de la moneda es que también aumentan las infidelidades y los celos.