Un hombre que en el fin de semana atendió un local en una feria de artesanías de Capital se topó con una desagradable novedad cuando llegó a su casa y empezó a contar el dinero que había recaudado en la tarde. Entre los billetes, había dos sospechosos, que a la postre terminaron siendo falsos. Se trataba de dos billetes de 500 pesos.
El hombre, amargado, contó que no se dio cuenta en el momento y luego al compararlo con dos reales se topó con la triste novedad.
Los billetes tienen diferencias incontrastables al tacto (es mucho más suave el billete falso), pero donde más se observan detalles que delatan la falsedad es a la hora de observar la marca de agua. La original tiene brillo y relieve, la falsa es una burda fotocopia en color.
En esta imagen de abajo se observa claramente las diferencias entre un billete de 500 pesos falso y uno verdadero.
