Nació en Capital, pero gran parte de su carrera como sacerdote la hizo en los departamentos alejados. Y aunque se define como un multiuso, dice que nunca pensó en dejar de ser sacerdote. Es Alejandro Gallardo, el párroco más joven que tienen San Juan y que además de dar misa varios días en la semana, se encarga de dar catequesis, atender a los fieles y hasta de la limpieza de la parroquia Santo Domingo de Guzmán, en Iglesia. Hoy, se celebra el Día del Párroco y por eso, un homenaje a todos los que administran las parroquias y trabajan divulgando la palabra de Dios.

Alejandro tiene 36 años y dijo que desde que estaba en el vientre de su madre, estuvo relacionado con la religión. Por esto, y a pesar de ser el único hijo varón de su familia, explicó que sus padres tomaron con alegría la decisión de que él fuera sacerdote. Fue ordenado cuando tenía 29 años y estuvo al frente de una iglesia en Valle Fértil, Calingasta, Angaco, 25 de Mayo y desde el 14 de febrero pasado está en Rodeo.

Se define como el cura del pueblo. ‘Todos tienen mi teléfono porque acá hago de todo y siempre hay que estar a disposición para escuchar a la gente‘, dijo entre risas el sacerdote. Es por eso, contó, cuando llegó a Iglesia cambió de empresa de telefonía celular porque no tenía buena señal. Además, explicó que él no tiene secretarios y que por eso también es el encargado de atender el teléfono de la Parroquia y de buscar datos en los libros los datos de las confirmaciones o las comuniones. Además, administra las capillas que tiene Iglesia, en las distintas localidades.

Por el hecho de que trabajó fuera del Gran San Juan, dijo que tuvo experiencias muy buenas. Y contó que una de sus mejores anécdotas fue subirse viajar en burro o en mula para llegar hasta las Sierras de Chávez, en el Valle o que le abrieran todos sus libros cuando llegó a Colombia a misionar. ‘Es que eran paquetitos cuadrados y creían que era narcotraficante‘, contó Alejandro que cada 20 días viaja a Capital para ver a su familia y a los amigos que dejó en la ciudad.