�Los costos de las alarmas rondan los $2.500, sin monitoreo. Mientras que las monitoreadas cuestan desde los $3.500, más 190 pesos mensuales. Según los vendedores de alarmas hay dos cosas que el comprador debe saber para que el servicio cumpla lo mejor posible su finalidad. Una es que esté bien colocada. Es decir, en sectores claves de la casa, por eso las empresas hacen una visita previa a la colocación. Y la otra es que lo ideal es que sea monitoreada o que avise a un teléfono cuando se active, ya que las que sólo suenan no resultan del todo efectivas. Es que pocas veces alguien responde ante esto. ‘Los vecinos muchas veces no le prestan atención a las alarmas y hay poco compromiso en los barrios’, dijo Diego Montes.