Si bien en la semana se estuvo hablando de vender sólo el 50 por ciento de las entradas, no fue necesario acatar esta norma debido a que se levantó la veda para los lugares públicos y con ello el permiso de vender la totalidad de las entradas, eso sí con las precauciones necesarias que se pudieron percibir. En los dos ingresos disponibles al estadio habían scanners que medían la temperatura de las personas asistentes. “El scanners marca un parámetro de 36,5 grados, pasado eso toma la temperatura corporal de la persona. Si marca 36,5 a un metro y medio de distancia, significa que la persona tiene 38 grados, y aquí suena una alarma. De pasar esto, la persona no ingresa al estadio y se la envía al consultorio para realizarles las preguntas pertinentes”, comentó Alejandro Galbet, inspector sanitario del Ministerio de Salud de la Nación. El laser del scanners debe apuntar a la cara, preferentemente la frente. Las personas no se siente absolutamente nada al atravesar el láser.
