Por algunas horas al Guille se le quitaron las ganas de bailar y de cantar en la Peatonal como lo hace desde hace 3 años y medio. Le robaron el parlante que usa para ganarse el pan de cada día y dijo que con esto le “cortaron las piernas”. Pero su tristeza y angustia duraron poco gracias a la solidaridad de la gente. Dos personas desconocidas le regalaron un parlante y un micrófono para que pudiera seguir trabajando y “contagiando alegría a la gente”.
Guille no pudo contener las lágrimas de la emoción cuando dijo “todavía hay gente buena”. Fue cuando se refirió al abogado que ni bien se enteró de que le habían robado el parlante lo buscó para regalarle uno a estrenar. “Me dijo que vio la noticia en Internet y que me quiso ayudar. Me llevó a un comercio de la Peatonal y me compró un parlante. Lo sacó con tarjeta de crédito en 6 cuotas. No me dijo ni su nombre, sólo que este era un regalo de Navidad para mí, aunque retrasado. Le pregunté cómo le podía pagar por su ayuda y me contestó que sólo siguiera cantando y bailando para alegrar a la gente”, dijo.
Pero ese no fue el único regalo inesperado que recibió este artista amateur. Oscar Robles, un empleado del Rectorado de la UNSJ, ayer le regaló al Guille un micrófono para que completara su equipo de trabajo. “Todos los días paso y me quedo escuchando a Guille cuando canta. Un día me contó que usaba un micrófono que le prestaba otro músico de la Peatonal porque no tenía uno. El martes pasado le compré uno y se lo traje, pero no lo encontré así que se lo di hoy (por ayer). Es mi pequeña contribución, aunque no será gratis. Guille tiene que cantarme Alma de bohemio como pago”, bromeó Robles.
A media mañana, luego de cargar la batería del parlante, Guille volvió a cantar y bailar en la Peatonal. Quiso recuperar el tiempo y las propinas perdidas, y retomar su sueño: juntar dinero para comprarle una casa a sus 7 hijos. “No me importa si yo tengo que seguir durmiendo en la calle, pero a mis hijos les voy a dar un hogar para que dejen de vivir de prestado”, sostuvo.
Guillermo López, el Guille, tiene 60 años. Dijo que hace 3,5 comenzó a cantar en público con un doble objetivo: sobrevivir y tratar de hacer realidad el sueño de ser un cantante famoso, sueño que nació cuando tenía 8 años. “Había terminado el recreo largo y yo no entré a clase por lo que la maestra salió a buscarme. Me encontró cantando en el baño. En vez de ponerme en penitencia me dijo que tenía una voz hermosa y que desde entonces yo tenía que cerrar los actos escolares con una canción. Así empezó todo”, contó Guille.
También dijo que tras quedarse sin trabajo y de separarse de su esposa comenzó a cantar y bailar en la Peatonal para “ganarse un peso”, pero no sólo concretó esa meta, sino que hasta alcanzó su momento de fama. “El año pasado canté en unos de los escenarios chicos de la Fiesta Nacional del Sol. Este año nuevamente voy a actuar en la fiesta, pero con el Grillo Malbrán y en el escenario grande. Nunca pensé lograrlo. Creo que todo se lo debo a la gente que me deja su propina y me alienta a seguir”.