Doña Luisa apura el paso hasta la puerta de reja de su casa en el Barrio Independencia, departamento San Martín, para adelantarse a los chicos que ya se van y despedirlos con un beso. Son dos chicos, Guillermo Otarola y Brenda Díaz, pertenecientes al Movimiento Jóvenes Salesianos, que desde ayer y hasta el sábado, caminarán las calles de San Isidro y Dos Acequias para predicar, casa por casa, la palabra de Dios. Una actividad que hasta ahora estuvo más asociada a grupos religiosos de otros credos y no al catolicismo, pero que los jóvenes salesianos (mallinistas, scouts, misioneros, exploradoras) han empezado a poner en práctica para difundir más la religión, en contrapartida de otras que ya vienen realizando el puerta a puerta como algo habitual. "Es una forma de llevar la palabra de Dios más directa, llegando a los lugares donde la gente vive y donde, si es su voluntad, nos permiten pasar y compartir por un rato sus vidas", explicó Guillermo, mate en mano para amenizar la caminata.
Precisamente en la casa de doña Luisa, los chicos se demoraron más de lo previsto, porque se hicieron tiempo para escuchar la historia que la mujer tenía para contarles: una que la tiene como protagonista, y que se vincula con el nacimiento de la escuela de educación especial del departamento, que ella impulsó. "Nosotros llegamos a los hogares con la palabra de Dios, pero también nos vamos cargados del afecto y la aceptación de la gente", dijo Guillermo.
A Lorena Bartolochini, estudiante de Administración de Empresas y mendocina, le tocó caminar junto a Pablo Carcelero, un scout sanjuanino. "La idea es golpear la puerta e invitar a la gente a compartir el evangelio de ese día e invitarlo a vivir las celebraciones de Semana Santa. Hasta ahora, nos han recibido muy bien", contó Lorena. Y reveló que cuando le propusieron esta forma de misionar, tuvo alguna duda. "A mi casa siempre van personas de otra religión, llevando su mensaje, y a veces uno está ocupado y simplemente no puede escucharlos. Entonces pensé que iba a ser un contrasentido estar haciendo lo que yo misma a veces he criticado. Pero la verdad es que la experiencia ha sido maravillosa. No me arrepiento de haber venido a hacer esto a San Juan", afirmó.
Melina Reta y Federico del Cid aprovecharon la visita a la casa de Irma Guevara, otra vecina del Barrio Independencia, para ofrecerle un servicio. "Además de difundir la palabra de Dios, le ofrecemos a la gente rezar por sus intenciones. Así ellos se sienten parte de las celebraciones de Semana Santa y van a la iglesia sabiendo que toda una comunidad los está acompañando en sus oraciones", dijo Melina.
Al terminar la jornada, los misioneros descansarán en escuelas de la zona hasta mañana sábado, cuando termine la experiencia. Una experiencia que según dijo uno de los chicos, tiene mucho que ver con el origen del cristianismo, pero nunca se había puesto en práctica y que como ellos mismos afirman, los hace sentirse más católicos que nunca.

