En los últimos días, las noticias de los UPD (Último Primer Día) coparon los portales locales. Clausuras, pedidos de la Policía para que estos eventos no se hagan y secuestros de innumerables litros de alcohol fueron parte de los titulares. En este contexto, DIARIO DE CUYO habló con jóvenes que cursan el último año del secundario, con algunos papás, docentes y referentes de la Policía para conocer a fondo estas fiestas que tanto disgusto generan en un sector y tanto entusiasmo en otro. Según lo que comentaron, estas celebraciones tienen varias formas de organización. Y los jóvenes gastan desde $1.200 por cabeza para ser parte de los UPD, las fiestas en las que prima el descontrol, impulsado por el consumo de alcohol y, en muchos casos, drogas ilegales.

Los UPD son celebraciones que comienzan la noche anterior del inicio del ciclo lectivo. Los protagonistas son los alumnos del último año de la secundaria (en su gran mayoría, menores de edad), que festejan el último primer día de clases y se proponen pasar la noche juntos y sin dormir. Estas fiestas muchas veces terminan en la puerta o incluso el interior de algunas escuelas.

Según los testimonios que este diario recolectó (todos de manera anónima), algunos de los estudiantes que egresarán este año empezaron a organizar su UPD en diciembre pasado, cuando las clases aún estaban desarrollándose. Otros fueron más improvisados y comenzaron con los preparativos hace poco más de un mes. Sin embargo, todos buscan lo mismo: un lugar alejado, que tenga pileta (en lo posible), que no haya vecinos cerca y que no sea "caro", pues dependen de que sus papás les den el dinero.

La Policía frenó 3 fiestas UPD y clausuró otras 9 entre el martes y ayer.

"En el alquiler del terreno donde lo hicimos -porque sólo tenía baños, pileta y un quincho abierto- nos gastamos $550, incluida la música y las luces", dijo una alumna de un colegio céntrico y comentó que ellos organizaron el UPD con alumnos de otro colegio, para que fuera más multitudinario. Otros estudiantes organizan esta celebración solos. A estos $550 le agregaron el gasto de las bebidas alcohólicas y el hielo que cada uno lleva, pues muchos de los UPD son "con hielerita". En esto, aproximadamente cada uno gasta desde $700.

Si bien en muchos UPD cada uno lleva lo que va a beber, otros son protagonistas de fiestas mucho más organizadas. Contratan empresas de organización de eventos, que les proporcionan hasta barras en donde consumir libremente la cantidad de alcohol que ellos quieran.

"En una de las clausuras que hicimos en estos días, encontramos hasta las pulseras que les entregan a los jóvenes para que ingresen y beban bebidas alcohólicas. Es como si fuera un boliche privado en muchas ocasiones", dijo el subsecretario de Seguridad Abel Hernández, quien comentó que si bien una fiesta varía de otra, el excesivo consumo de alcohol es la única cosa que se repite en todas estas celebraciones.

Los jóvenes dijeron lo mismo. Incluso, algunos comentaron que en sus UDP hubo gente que hasta consumió drogas ilegales. "Hay quienes llevan flores -marihuana- y hasta merca -cocaína-, pero esos son los menos", dijo un estudiante de Rivadavia. Estas declaraciones fueron confirmadas a este diario también por algunas madres. Una de ellas, que además es docente de alumnos secundarios, comentó también que sus estudiantes le dijeron que en algunos UPD el sexo se practica libremente en cualquier rincón de la finca, cabaña o casa donde hagan la fiesta. "Hay chicos que dicen que salen de sus casas con la conservadora y con cajas de preservativos porque saben que estas fiestas pintan para todo", agregó esta docente, mientras que otras madres comentaron que incluso acompañaron a sus hijas a los UPD, porque no estaban de acuerdo con que fueran solas a estos eventos.

Igualmente, estas mamás son excepciones a la regla, pues la mayoría de estas fiestas se realizan sin la presencia de adultos. "Son fiestas descontroladas. Me llamó la atención ver a las chicas dormidas en el césped por la borrachera que tienen o vomitando en la orilla de la pileta", dijo una mamá. Mientras que Hernández agregó: "Los únicos adultos que solemos encontrar son los organizadores". A la vez, dijo que a ellos lo que más les llama la atención es que estas fiestas se realizan con la autorización de los padres de los adolescentes.

La organización de estas fiestas no sólo incluye la contratación del lugar, la música y el alcohol, sino que se tiene en cuenta hasta la ropa que lucirán en este evento. Y esto no es sólo un tema que atañe a las mujeres, sino que los hombres también buscan su look más indicado. La insignia Promo 2022, las iniciales del nombre de la escuela y las lentejuelas son moneda corriente entre las prendas que los chicos confeccionan, hasta con la ayuda de sus padres, en la previa de estos eventos.

"Cuando ya teníamos el lugar, fuimos viendo cómo ir vestidas. Buscamos ideas en internet y nos hicimos remerones, que los terminamos ayer", contó otra estudiante, mientras que una mamá comentó entre risas que estuvo semanas pegando piedritas plateadas a un remerón y a un corpiño para completar el look de su hija, que egresa este año y que hacía meses estaba organizando este UPD.

"Son eventos muy organizados y estas fiestas van más allá de que se hagan en lugares habilitados o no. Estamos hablando de menores de edad que tienen como objetivo llegar borrachos a la escuela. Lo peor de esto es que cuando llamamos a los padres para avisarles que tienen que buscar a sus hijos, nos reprochan el accionar", dijo Hernández y agregó que si bien ellos no secuestraron droga en estos operativos, no descartan que circule libremente, tal como pasa con el alcohol. "Creemos que puede haber hasta consumo de drogas sintéticas", concluyó.

Bebidas blancas

Si bien en estas fiestas se toma de todo, según lo que dijeron los jóvenes, el vodka y los tragos que se preparan con esta y otras bebidas blancas son los favoritos. Igualmente hay quienes llevan desde vino en caja hasta whisky.

Escuelas

Según lo que comentaron madres y docentes, hay escuelas en las que no dejan que los alumnos ingresen en estado de ebriedad tras el UPD, y otras en las que los reciben y terminan llamando a los padres para que los busquen.