A un mes del incendio en la distribuidora de garrafas de Rivadavia, una de las integrantes de la familia vecina que perdió su almacén recordó el episodio con un mensaje en redes.
"A un mes de toda esta locura, la verdad es que fue y es muy difícil para todos nosotros, hay días en los que la tristeza nos invade y otros días en los que ponemos la mejor cara para salir adelante..", escribió Yamila Quiroga en su cuenta de Facebook.
"Empezar el año así no lo esperábamos pero vamos saliendo a flote, de a poco y gracias a cada uno de ustedes que pudo y sigue colaborando con nosotros!! Como saben todo está caro y cuesta un montón avanzar, pero lo vamos a lograr con la ayuda de ustedes y de Dios, que nunca nos dejó solos..", continúa el posteo.
Y cierra: "Gracias, simplemente GRACIAS por haber estado y por seguir estando con nosotros! Todo esto con el tiempo solo será un mal recuerdo .. Dios los bendiga, gracias por su buen corazón!".
El siniestro se registró el primer día del año. El fuego se inició en una propiedad sobre calle Benavídez al Oeste de Almirante Brown. En el frente funcionaba "Benavídez Gas" y al fondo estaba la casa prefabricada donde su dueño, Eduardo Esteban Martínez (61), vivía solo.
El hombre relató que para hacer unos pesos decidió abrir el primer día del año, aprovechando que casi todo estaba cerrado. Dijo que a la siesta cerró, que se fue a visitar a su padre y que casi una hora después, cerca de las 17, le avisaron que su propiedad estaba en llamas. Al llegar vio fuego y escuchó explosiones. Contó que se tomó un ansiolítico y otra pastilla para la presión, pero que se puso tan mal que tuvieron que llevarlo al Marcial Quiroga. Por la noche le dieron el alta y al día siguiente comprobó la magnitud del siniestro.
La casa, toda de madera, fue consumida entera, junto con los muebles, aparatos, ropa y hasta ahorros en dólares y pesos. Al parecer, hubo una baja de tensión y un cortocircuito en un freezer que había en la casa. En minutos las llamas se apropiaron del hogar, luego se extendieron al comercio, ubicado en el frente, y también provocaron la explosión de al menos tres de las 20 garrafas que había en el patio.
Una de ellas hundió la pared del almacén de al lado y otra atravesó el techo y cayó al patio de esa familia vecina, los Quiroga, quienes perdieron ese negocio que abrieron hace dos años. "Se quemaron las heladeras, la mercadería, las estanterías, el aire, los parlantes, todo… y el techo puede caerse", había lamentado en ese momento Alicia Quiroga (53), que vive en ese lugar con 4 hijos y 4 nietos.
Ahora la familia trabaja sin parar para terminar de levantar las nuevas paredes y el techo, para poder abrir nuevamente.