El letrado Jorge Laureano Moreno falleció hace un mes, a sus 87 años, en la ciudad de Córdoba, a la que había viajado para su atención médica. Nació en San Juan, siendo sus padres don Jorge Benjamín Moreno y doña Dolores Sáenz de Regadera. Fue dedicado esposo de doña Juana Elisa del Rosario Domínguez (fallecida) y deja dos hijos (Claudia Elisa y Jorge Enrique) y dos nietos (Camila y Juan Lautaro).

Egresó como maestro de la Escuela Normal Sarmiento y se graduó de abogado en la Universidad Nacional de Córdoba. Ejerció privadamente su profesión durante más de seis décadas en nuestra provincia (también, circunstancialmente, en Mendoza, Catamarca, La Rioja y la Capital Federal) y lo hizo hasta su deceso (era uno de los más antiguos letrados locales en activo). Se desempeñó en la administración pública (como asesor del Departamento de Minería, o integrando los cuerpos legales de Obras Sanitarias SE, de Servicios Eléctricos Sanjuaninos SE y del Instituto Nacional de Vitivinicultura, del que ocupó la gerencia de asuntos jurídicos) y asesoró y fue apoderado del Banco San Juan SA y otras importantes empresas.

Asesoró y representó a diversas organizaciones sindicales y participó en la creación y dirección de asociaciones cooperativas de crédito. Fue docente en institutos hoy dependientes de la Universidad Nacional de San Juan.

Estos sucintos datos biográficos (siendo relevantes) no alcanzan para caracterizar su vida.

Es conocida (y reconocida) la labor del Dr. Moreno como abogado laboralista, descollante no sólo por los conocimientos y calidad técnica de sus planteos (muchos de ellos núcleos de jurisprudencia local) sino por la minuciosa dedicación y control del fatigoso decurso de los procedimientos judiciales. Ha trascendido menos la relevancia de su actuación en materia minera, de la que también era referente en lo profesional, habiendo participando en la formación del Departamento de Minería y sus reglamentos, y asesorado y representado empresas (e incluso asumido riesgos de consorcio en tiempos ciertamente menos promisorios). No fue ajeno el derecho de las finanzas, ya que (además de su actuación como asesor de entidades bancarias) como parte de sus inquietudes sociales dedicó conocimientos (y tiempo) al desarrollo de la banca cooperativa, en entidades, que pese a su relevancia local luego fueron absorbidas por organizaciones de mayor escala.

Merece, sin embargo, el Dr. Laureano Moreno ser recordado por sus convicciones republicanas (en 1986 se opuso públicamente a la inclusión en la constitución provincial del Foro de Abogados, estimándolo incompatible con los intereses generales) y por su inquebrantable defensa de los derechos individuales y sociales (conducta de la que nunca hizo alarde por entenderla un simple cumplimiento de sus deberes de abogado). Esta defensa se concretó en acciones judiciales para tutelarlos en las ocasiones que fueron puestos en crisis por vicisitudes institucionales del país. No retaceó su patrocinio a los afectados ni reparó en riesgos o consecuencias personales (cabe anotar entre ellas el abrupto fin de su carrera docente en el último gobierno militar).

Quienes fueron honrados con su amistad (de la que hacía un culto) o con su trato, no podrán de olvidar (tampoco) su caballerosidad, bonhomía y cultura, adornada de su conocimiento (y gusto) por la literatura el cine y la música (clásica, ciudadana o folclórica). Hoy, a las 8.30 en la Iglesia Catedral, se realizará una Misa en honor a su memoria.