Se define como "carpintero por oficio", porque nunca fue ni a la escuela. Ama vivir en Jáchal y dijo que ser parte de la reconstrucción de la iglesia que fue levantada en 1785 es un honor incomparable. Él es el encargado de restaurar todas las partes de madera del templo de 236 años: portales, ventanas, retablos, escaleras. Se siente tan entusiasmado con el trabajo que le encomendaron que se levanta todos los días a las 6 de la mañana para hacerlo. Él es Miguel Salomón Tejada, un hombre de 74 años que es conocido como "el carpintero de Jáchal". Don Tejada, como todos lo llaman, es el encargado de restaurar la carpintería de la vieja iglesia de Jáchal que cerró sus puertas en 2011 por peligro de derrumbe y que desde hace algunos años está siendo reconstruida (ver aparte) para que vuelva a abrir sus puertas.
Se le nota el entusiasmo cuando habla del trabajo que hace. Pero eso no es todo, se emociona al saber que será parte de la historia de la iglesia que tanto quiere. "Me despierto temprano todas las mañanas y empiezo con trabajos que no hagan mucho ruido para no despertar a los vecinos", dijo y comentó que durante la pandemia no se sintió tan encerrado porque ama su trabajo y dentro de su taller se le pasa el tiempo volando.
Desde los 12 años trabaja como carpintero y dijo que su oficio le dio las mayores satisfacciones. Estuvo siempre ligado a la iglesia porque en su familia son muy devotos. De hecho, comentó que uno de sus hijos es sacerdote y trabaja en el Arzobispado de San Juan. Hizo sagrarios para muchas parroquias y hasta construyó el báculo de los arzobispos Ítalo Severino Di Stéfano, Alfonso Delgado, Jorge Lozano y Carlos María Domínguez. Sin embargo, el hombre confesó que hacer la restauración de las gigantescas puertas de la iglesia de Jáchal, que la considera parte de su vida, es una de las cosas más lindas que le pasó desde que trabaja. "Esas puertas son mucho más viejas que yo, pero dentro de todo están en buenas condiciones porque siempre las pintaron", dijo y contó que las puertas miden más de 4 metros de alto y que la de la entrada principal tiene también 4 metros de ancho. "Además ya restauré casi el 80% de los retablos -es la pared que va sobre lo que popularmente se conoce como altar, atrás de la mesa del sacerdote- y unas escaleras que llevan a un entrepiso que estaban muy deterioradas. Les mejoré los escalones y los barrotes para sostenerse. También estoy trabajando en la carpintería de las puertas y ventanas de la sacristía", contó el carpintero y dijo que está feliz de ver cómo la obra de la iglesia avanza día a día. Comentó que su trabajo es tan artesanal que muchas veces hasta tiene que fabricar herramientas para poder seguir con la restauración. "Se trata de puertas y carpintería muy antigua. Los herrajes se nota que fueron hechos especialmente para esas puertas y hay que sacarlos con mucho cuidado, porque ni siquiera llevan tornillos, sino unos clavos doblados en las puntas", dijo y reiteró que este desafío es uno de los más complejos, pero más satisfactorios que le tocó realizar en sus años como carpintero.
- La construcción del nuevo templo
En 2011 la parroquia de San José de Jáchal se cerró por peligro de derrumbe. El paso del tiempo y la humedad dañaron los muros de adobe y parte del techo de este templo que fue inaugurado en 1785. Ya en 2012 la iglesia, que es Monumento Histórico, estuvo apuntalada. En 2015 el Arzobispado anunció la demolición de la parroquia y la construcción de un nuevo templo, pero el pueblo jachallero se opuso a esta decisión y hubo marcha atrás. Finalmente en 2018 se comenzó con otro proyecto que es el que se lleva adelante actualmente y prevé mantener el estilo arquitectónico antiguo.
Entre las consideraciones que se tuvieron en cuenta para la remodelación y reconstrucción del Monumento Histórico, se decidió mantener el frente de la iglesia, el altar y todo lo que es de adobe en el interior. También se decidió dejar cuatro paneles de importantes dimensiones, de adobe, para que los turistas aprecien cómo era el templo. Esta obra forma parte de la reconstrucción. Es que además el trabajo que avanza a pasos agigantados prevé que levanten nuevas dependencias que estarán destinadas a oficina parroquial administrativa, aulas para catequesis y un pequeño santuario extra para realizar retiros espirituales. Además harán un museo en el sótano en el que se expondrá las reliquias y parte de la historia religiosa del departamento. El techo también se cambiará por completo.