‘A veces voy a las carreras clandestinas y no me puedo creer que corran como lo hacen, con gente al lado de la pista, borrachos o drogados manejando autos potentes‘, dice Carlos Jofré, campeón de la competencia ‘Cuarto de Milla’, haciendo referencia al problema de estas practicas.

‘En las pruebas oficiales sí hay control de alcoholemia, pero en las clandestinas, no. Ahí va cualquiera y siempre están llenas de gente. Hay tres o cuatro rutas. En total deben juntarse 7.000 u 8.000 personas‘, asegura Carlos Jofré. Por lo que en los ‘arrancones’ no existe seguridad para el público que asiste a las carreras, ni para los corredores.