Si bien desde el inicio de las escalinatas parecía que la fila de fieles era interminable, no fue así. Es que la gente que esperó para poder tocar la imagen de la Difunta Correa no tardó más de 5 minutos. Esto sorprendió a muchos, ya que años anteriores hubo que hacer filas por más de 1 hora. Desde la Administración dijeron que esta rapidez se dio porque hubo menos gente que el año pasado (cuando fueron más de 40.000) y llegaron en horarios más intercalados. Según Daniel Rojas, el administrador del oratorio, ayer hubo unas 30.000 personas que conmemoraron el Viernes Santo y que llegaron caminando y hasta en bicicleta (ver página 5).
Llegar a la imagen de la Difunta Correa era el objetivo de todos. Después de horas de caminatas o de largos viajes los peregrinos buscaron cumplir sus promesas. Algunos lo hicieron antes de que empezara a amanecer, mientras que muchos optaron por descansar y luego subir. ‘Nos cansamos de caminar a oscuras. Decidimos esperar hasta que haya luz para subir tranquilos‘, dijo Ricardo Bustamante, que llegó desde Rawson junto a sus familiares.
Antes de las 8, ya con la luz del Sol que se colaba entre las nubes, los peregrinos hicieron filas. Con flores, paquetes de velas, rosarios y hasta con fotos de familiares esperaron el momento deseado. Pero, para sorpresa de muchos peregrinos, la espera fue corta. Es que sumado a que hubo menos gente, por organización el ingreso fue más ágil.
Hubo policías controlando que nadie tratara de ingresar sin hacer la fila y hasta dispusieron una escalera para subir y otra para bajar para que el peregrinar fuera más fluido. Las lágrimas y la gente haciendo grandes esfuerzos físicos se vieron a montones. Algunos llegaron hasta la imagen de rodillas, otros de espalda y la mayoría lo hizo para agradecer los favores concedidos. Con bebés en brazos y muy abrigados, los peregrinos cumplieron. Acalambrado después de caminar por más de 15 horas, Rogelio Cárdenas, de Santa Lucía, subió de espaldas. Junto a él Verónica Vera hizo el mismo camino de rodillas con su hija de 1 año en brazos para agradecer que la pequeña nació en buenas condiciones. Al igual que ellos hubo miles de padres que pidieron y agradecieron por la salud de sus hijos e incluso hubo muchos hijos que pidieron protección para sus padres.
“Subo haciendo un esfuerzo grande desde hace 25 años. Antes hacía la peregrinación caminando pero una vez no llegué y eso me entristeció. Desde ahí le prometí subir de rodillas y lo voy a hacer todos los Viernes Santos, mientras mi papá esté vivo. A él casi le cortan una pierna y ahora está bien”, dijo Fabiana Chada, que tras la subida regaló denarios a los fieles, que ella misma hizo con sus manos. Después de cumplir con las promesas llegó el momento de la distensión. Cada fiel se adueñó de un rincón del paraje y ahí las fogatas formaron parte indispensable de la jornada.

